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Alemania paraliza a última hora la ley que pondrá fin al motor de combustión en la UE

Sorpresa en el tiempo de descuento. Alemania ha retrasado este jueves el acuerdo para que a partir del 2035 solo se puedan vender en la Unión Europea (UE) vehículos de combustión, pues durante el procedimiento formal para adoptarlo Berlín ha exigido garantías adicionales para proteger a los coches que utilicen combustibles sintéticos limpios en sus motores.

Se trata de una maniobra inusual que evidencia los recelos que ha mostrado desde el inicio de la negociación el primer fabricante automovilístico de la Unión Europea y las tensiones que ha creado en el seno del Ejecutivo germano.

El pasado junio, informa Efe, cuando los ministros de los 27 Estados miembros debían fijar su posición antes de entrar a negociar con el Parlamento Europeo (PE), la fecha del 2035 generó una pequeña crisis política en el Gobierno de coalición de Berlín, donde las sensibilidades de ecologistas y liberales difieren.

Finalmente, Alemania aceptó esa fecha, pero -con el apoyo de Italia- consiguió el compromiso de que la Comisión Europea prepararía en el 2026 una propuesta para que se puedan matricular aún vehículos con motor de combustión a partir del 2035, siempre que utilicen combustibles sintéticos de cero emisiones contaminantes.

Se trata de los combustibles producidos con agua y CO2, con lo que no emiten dióxido de carbono adicional y no tienen huella de carbono.

La Comisión, que se define como «tecnológicamente neutral», no entra en el tipo de motor que deben tener los vehículos, pero el desarrollo actual de la tecnología invita a pensar que el parque móvil estará dominado por vehículos eléctricos o de hidrógeno, desplazando al motor de combustión.

Los combustibles sintéticos de cero emisiones «hasta ahora no parecen muy realistas porque parecen prohibitivos en términos de costes», dijo entonces el vicepresidente de la Comisión Europeo para el Pacto Verde, Frans Timmermans.

Con esa cláusula, el pacto entre las veintisiete capitales salió adelante y el Consejo de la UE alcanzó un acuerdo con el Parlamento Europeo que fue aprobado por el pleno de la Eurocámara el 14 de febrero.

Italia también en contra

El Consejo, que representa a los países, debía aprobar dicho acuerdo este miércoles en una reunión de embajadores, para que a continuación lo confirmaran este jueves los ministros responsables de Industria, reunidos en Bruselas.

Pero el acuerdo no se llegó a someter al voto de los embajadores porque se preveía que sería rechazado, señalaron a Efe fuentes europeas.

Además de Alemania, Italia se ha posicionado en contra del texto, pese a que en una votación anterior se había pronunciado a favor, cuestionando que se priorice la electricidad para impulsar los coches y no se consideran otras alternativas que podrían, dicen, lograr el mismo objetivo como los biocombustibles.

«No ponemos en cuestión las fechas del 2035 o 2026. Queremos que se modifiquen las etapas y modalidades para alcanzarlos con el fin de que sean sostenibles», defendió este jueves el ministro italiano de Desarrollo Económico, Adolfo Urso, quien argumentó que las baterías eléctricas requieren materias primas cuya extracción tiene un impacto ambiental y para las que Europa es dependiente de potencias como China.

El texto, no obstante, podría en principio salir adelante con el voto en contra de Italia si Alemania decide finalmente votar a favor.

Alemania quiere que Bruselas se comprometa de una manera más explícita sobre la viabilidad de los motores con combustibles sintéticos más allá del 2035.

Fuentes de la Comisión aseguran que se está trabajando a todos los niveles para encontrar una solución que permita salvar el acuerdo. Las mismas fuentes recuerdan que Timmermans ha reiterado que está de acuerdo en hacer una actualización en el 2026 sobre combustibles sintéticos.

Por su parte, la ministra alemana de Medioambiente, la ecologista Steffi Lemke, se ha mostrado crítica con esta maniobra dilatoria de su propio Gobierno. «Deberíamos implementar estas regulaciones de manera fiable y no retroceder en el último minuto», declaró el miércoles al diario germano Süddeutsche Zeitung.

El texto debería en principio volver a someterse a votación este viernes en la reunión de embajadores de los Veintisiete ante la UE, para que lo ratificaran después los ministros la próxima semana, pero fuentes diplomáticas apuntan a que podría de nuevo caerse de la agenda.

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