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Cumbre histórica: España contará con 140.000 milllones, 72.700 en ayudas directas

Para alcanzar el pacto ha sido necesario hacer concesiones a los autodenominados países «frugales» -Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia-, a los que se sumó Finlandia, que han conseguido recortar el volumen de ayudas.

El acuerdo alcanzado por los líderes europeos después de cuatro días seguidos de negociaciones constituye una de las operaciones financieras más voluminosas de la historia europea. La UE va a disponer en los próximos años de casi dos billones de euros para su funcionamiento y para invertir en la recuperación de las consecuencias económicas de la pandemia. El acuerdo fue notificado por el presidente del Consejo, Charles Michel, con un mensaje en Twitter publicado a las cinco y media de la madrugada de hoy martes.

Los líderes de los Veintisiete se pusieron de acuerdo por fin en un plan innovador para pedir prestados conjuntamente 750.000 millones a través de la Comisión Europea, que se dedicarán a reconstruir las economías más perjudicadas por la pandemia, especialmente las de Italia y España. De ese montante, la mayor parte, 390.000 millones, serán subvenciones a fondo perdido, mientras que el resto, 360.000 millones, se distribuirán en forma de créditos a muy bajo interés. Además, las negociaciones han permitido también aprobar en el mismo paquete los presupuestos de la UE para los próximos siete años, el llamado Marco Financiero Plurianual y que ascienden a 1,074 billones de euros, lo que significa que todo el paquete aprobado asciende a 1,82 billones de euros. Para hacerse una idea, sin embargo, la cifra equivale aproximadamente a un tercio del presupuesto anual de Estados Unidos.

El acuerdo se cerró cuando técnicamente la cumbre había entrado en su quinto día. El presidente Michel, anunció el acuerdo con un tweet de una sola palabra: «Deal!». La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que había propuesto un plan aún más ambicioso, dijo que era «lamentable» que algunas áreas de gasto, como la dedicada a sanidad, se hayan rebajado en el acuerdo final, pero aun con todo se felicitó de que en este caso «no se puede acusar a la UE de hacer siempre muy poco y muy tarde» puesto que en esta ocasión «negociamos cuatro largos días y noches, más de 90 horas, pero valió la pena».

Una de las innovaciones de este mecanismo financiero es que el acuerdo incluye reforzar las capacidades de la Comisión Europea para recaudar sus propios ingresos, con los que contribuirá a devolver este colosal crédito. El paquete incluye planes para dotar al ejecutivo comunitario de la capacidad de devolver esos 750.000 millones sin afectar a su propio presupuesto. Un nuevo impuesto al carbón, que se aplicará a las importaciones de países contaminantes, y otro a las actividades de las grandes empresas del mercado digital, son las primeras pistas para ello. Esta operación de crédito que emprende la Comisión se plantea, sin embargo, como única y excepcional, con un final previsto en diciembre del año 2058.

En concreto, España recibirá unos 140.000 millones de euros del fondo de recuperación europeo para los próximos seis años, de los que 72.700 millones se darán en ayudas directas, según ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al valorar el acuerdo alcanzado hoy por el Consejo sobre dicho fondo y el marco financiero plurianual. Sánchez, se mostró satisfecho este martes por el «acuerdo histórico» logrado en Bruselas y que pone a disposición de España unos 140.000 millones de euros. «Ha costado pero lo hemos conseguido», indicaban fuentes de la delegación española, antes de que el presidente Sánchez compareciera visiblemente contento ante los periodistas en Bruselas para dar cuenta del acuerdo «Entramos y salimos con 140.000 millones de euros», subrayó el presidente en referencia a la propuesta inicial que presentó la Comisión Europea y al resultado final acordado por los Veintisiete.. «El esfuerzo ha sido extenuante pero el resultado es exitoso, ha merecido la pena. Europa está dando un paso de gigante», destacó Sánchez.

Todo esto debe ser todavía aprobado por el Parlamento Europeo, que empieza mañana el proceso con una reunión de la conferencia de presidentes de los grupos políticos. Formalmente, la mayoría de la cámara pedía más dinero para los presupuestos europeos, pero es poco probable que los eurodiputados se atrevan a bloquear este acuerdo alcanzado entre los países. Sin embargo, algunos parlamentos como el holandés, que deben ratificar los avales que aporta el país al préstamos de la Comisión, podrían negarse a aprobarlo sin una intervención política fuerte del primer ministro Mark Rutte, que ha sido el protagonista durante estos cuatro días por sus continuas reclamaciones de recortes y condiciones para el desembolso de esos fondos.

Cesiones a los «frugales»

Para desbloquear la negociación han sido necesarios cuatro días de intensas negociaciones -que estuvieron cerca de descarrilar en la madrugada del domingo al lunes- y un puñado de cesiones a los países denominados «frugales» (Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria y Finlandia), los socios que con más firmeza han reclamado un plan menos ambicioso.

Para alcanzar el pacto ha sido necesario hacer concesiones a estos países del Norte, que han conseguido recortar el volumen de ayudas, tener mayor control sobre las mismas y mantener sus descuentos en la contribución al presupuesto. Estos fueron los puntos más controvertidos de la negociación, junto a la propuesta para vincular la recepción de fondos del presupuesto al respeto al Estado de Derecho.

Los grandes países, Alemania, Francia, Italia y España, como la mayoría de los Veintisiete, querían como mínimo 400.000 millones de euros en subvenciones, mientras que los frugales proponían 350.000 millones.

Finalmente, el compromiso se queda más cerca de la primera cifra, pero supone un recorte de 110.000 millones en las ayudas directas con respecto a los 500.000 millones de euros que propuso la Comisión Europea (más 250.000 millones en créditos), lo que se ha traducido en reducciones de la dotación de varios programas comunitarios apoyados por el fondo.

El acuerdo refuerza además el control sobre la concesión de ayudas directas para contentar a Holanda, que reclamaba que los países pudiesen vetar los planes de reformas e inversiones de sus socios, mientras que la Comisión Europea planteaba que se pronunciasen solo a nivel técnico.

Planes bajo votación

Los países remitirán sus planes a la Comisión, y estos tendrán que ser aprobados también por una mayoría cualificada de los Veintisiete. Después, a la hora de autorizar el desembolso de cada tramo de ayuda, si un país o varios tienen dudas, podrán elevar la cuestión a una cumbre de líderes, con lo que el pago se paralizará hasta que lo hayan abordado.

Por otro lado, aumentan los descuentos que tienen los frugales en su contribución al presupuesto por aportar más de lo que reciben, mientras que Alemania simplemente lo mantiene (en 3.671 millones de euros anuales). El de Holanda será de 1.921 millones de euros frente a 1.576 millones en la propuesta inicial, el de Dinamarca pasará de 197 a 377 millones, el de Austria de 237 a 565 millones y, el de Suecia, de 798 a 1.069 millones.

Además, se introduce por primera vez la condicionalidad ligada al Estado de Derecho, de la que recelaban Hungría y Polonia, así como la meta de que el 30% del gasto del presupuesto y el fondo de recuperación apoye objetivos climáticos.

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