El sector ve «positivo» optar al 14% de las ayudas, pero pide priorizar una reforma fiscal integral y, sobre todo, evitar que suba el impuesto de matriculación el 1 de enero.
Una inyección de vitaminas, pero incapaz de servir de vacuna para los problemas que corroen al automóvil. Ayer, la ministra de Industria, Reyes Maroto, anunció que el Gobierno destinará 10.000 millones de euros de los fondos de recuperación europeos a la transformación del sector. Se trata del 14% de los 72.000 millones que le tocarían a España, si finalmente se recibe la aprobación de las autoridades comunitarias, según avanzó tras reunirse con patronales, administraciones y sindicatos en la Mesa de la Automoción.
Las principales patronales valoraron «positivamente» la cuantía en cuanto a que supone «priorizar al sector a la hora de asignar y pedir fondos europeos». Pero, en un comunicado conjunto, dejaron claro que lo anunciado ayer por la ministra no responde a los retos más inmediatos de la industria: asegurar las ayudas después de diciembre de 2020 -el Renove se extinguirá, en principio, cuando acabe el año- y reformar la fiscalidad del automóvil. Y, de forma particular, evitar que el impuesto de matriculación suba desde enero para el 50% de los coches, y los encarezca entre un 5 y un 10%, por las pruebas de emisiones WLTP.
«Las medidas que se adopten y su calendario pueden tener diferentes resultados en materia de industria, empleo y progreso hacia los nuevos retos», avisaban las patronales Anfac (fabricantes), Faconauto (concesionarios), Ganvam (vendedores) y Sernauto (componentes). También los sindicatos, presentes en la Mesa, exigieron la «supresión» del tributo. En el fondo, sobrevuela la preocupación de que sea Transición Ecológica, y no el departamento de Maroto, quién tome las decisiones que afectan al sector, y de ahí que a falta de poco más de un mes para que acabe el año aún no se haya tomado una decisión que evite el alza fiscal, algo que sí han hecho Portugal y Francia.
El fin de semana, UGT FICA expresó su «preocupación» por « cómo decisiones de este calado no son adoptadas por Industria sino por Transición, que no conoce el sector con la misma profundidad». Y alertaban de que «se está poniendo en riesgo al conjunto de un sector que da empleo a dos millones de españoles», en medio de una caída de las ventas que alcanza el 36,8% en 2020.
Entre los proyectos que avanzó ayer la ministra, unos 6.000 millones se destinarán a un Plan de choque de movilidad sostenible, segura y conectada en entornos urbanos y metropolitanos, «con la creación de zonas de bajas emisiones y despliegue masivo de infraestructura de recarga, el desarrollo de nuevos modelos de negocio y la modernización del parque público». También se movilizarán 1.500 millones de euros para la hoja de ruta del hidrógeno renovable. Y habrá 1.200 millones para «grandes proyectos tractores industriales» con vistas a impulsar la conectividad, el 5G y la eficiencia energética en toda la cadena de valor, en una partida cuya convocatoria se abrirá la semana que viene. «Vamos a acelerar unas transformaciones que podrían haber tardado diez años en apenas tres», aseguró Maroto.