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El consumo de carburantes en España tras el fin del Estado de Alarma

El consumo de carburantes en España sube un 15% tras el fin del Estado de Alarma

El fin del segundo Estado de Alarma ha reanimado el consumo de hidrocarburos. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), los desplazamientos por carretera se incrementaron un 42% horas previas al fin de semana del 15 de mayo, el primero sin Estado de Alarma, aunque el mayor repunte de la movilidad se espera en los meses de verano, coincidiendo con el periodo vacacional.

Según la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), las ventas de carburantes en España ese fin de semana subieron alrededor del 15% con respecto a un fin de semana medio pre-pandemia y un 5% entre semana. Aunque el dato es significativo, señalan desde la Confederación, «las ventas siguen estando un 20% por debajo de las de 2019 en las mismas fechas. Con respecto a 2020 sí se ha producido un aumento, pero es que el consumo de gasóleo el año pasado se situó en niveles de 2002 y el de gasolina en niveles de 1973».

En lo que llevamos de año (datos hasta finales de abril), las salidas de productos de automoción se han incrementado respecto a 2020, aunque comparadas con el periodo previo a la pandemia en 2019, las salidas se sitúan un 9% por debajo, según Exolum. La demanda de productos de aviación sigue siendo muy baja, concretamente un 75% por debajo de los niveles de 2019.

Los precios de los carburantes, por su parte, han alcanzado su nivel máximo desde junio de 2019. La gasolina ha llegado a situarse un 25,14% más cara que hace un año y el diésel un 22,35%.

Todo empezó en marzo de 2020

Las medidas de restricción de movimientos decretadas por el Gobierno tras la declaración del primer Estado de Alarma el 14 de marzo de 2020 en todo el país para afrontar la crisis del Covid-19, provocaron que el consumo en España de todos los derivados del petróleo cayera en picado. Ese mismo mes, el consumo de combustibles de automoción se desplomaba un 25,2% respecto a marzo del año anterior, aunque los peores resultados se producían en el consumo de querosenos para aviación debido a la drástica caída del tráfico aéreo.

La declaración del segundo Estado de Alarma a nivel nacional el pasado 25 de octubre, con restricciones de movilidad entre municipios y CCAA, acentuó la caída de la demanda interna, finalizando 2020 con un descenso del consumo de todos los derivados petrolíferos, en su conjunto, del 18,5% respecto a 2019, hasta los 48,7 millones de toneladas, una cifra muy similar a la registrada en 1993, según los datos aportados por la AOP durante un encuentro reciente organizado por Enerclub.

Dentro de los combustibles de automoción, la gasolina ha sido la más afectada, con un descenso anual del 21% respecto al año anterior, alcanzando máximos de caída de hasta el 78% en el mes de abril de 2020, mientras que el gasóleo experimentó una reducción inferior, del 9,6% respecto a 2019, debido a su empleo en el transporte de mercancías y la maquinaria agrícola, ambos servicios esenciales.

El queroseno, tal y como acabamos de comentar, ha sido el más perjudicado, cerrando 2020 con una bajada del 65,1% respecto a 2019, llegando a registrar caídas de más del 90% en los meses de abril, mayo y junio, de las que aún no ha conseguido recuperarse debido al mantenimiento de las limitaciones al tráfico aéreo. Por su parte, el consumo de fuelóleos en 2020 descendió un 30%, mientras que el de GLPs lo hizo en un 14%.

El petróleo coge carrerilla

La crisis del coronavirus también ha impactado gravemente en los mercados petroleros el pasado año, provocando una fuerte caída de la demanda de crudo. Las medidas a nivel mundial para contener la pandemia, unidas al exceso de producción, provocaron la caída en picado del precio del petróleo. En los tres primeros meses de 2020, el barril de crudo brent, de referencia en Europa, había perdido más del 50% de su valor, llegando a tocar mínimos históricos de 13 dólares el barril. Por su parte, el barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI), de referencia en EEUU, sufría un fuerte desplome de más del 260% el 20 de abril, cerrando con precios negativos por primera vez en su historia, hasta los -38 dólares el barril; es decir, al comprador se le pagaba dinero por adquirir los barriles de petróleo americano ante el pánico causado por la falta de almacenamiento. Desafortunadamente, los problemas de sobreoferta han abrumado a este mercado que está viviendo una volatilidad histórica.

Durante la segunda mitad del año los precios se fueron recuperando. Al cierre de esta edición, el barril de brent ronda los 70 dólares, mientras que el WTI está en los 65 dólares, lo que supone alzas cercanas al 30% en lo que va de año, animado por las perspectivas de recuperación. Los expertos esperan que se produzca un repunte en la demanda global en los próximos meses, con precios muy por encima de los 70 dólares el barril.

En su último boletín mensual, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) cree que el crecimiento previsto de la oferta de petróleo para 2021 no será suficiente para compensar el incremento esperado de la demanda global de crudo. Esta evolución de los precios a lo largo del año, tal y como señaló Juan Antonio Carrillo de Albornoz, presidente de la AOP, durante su intervención en el evento de Enerclub, «irá muy ligada al desarrollo de la crisis sanitaria, las campañas de vacunación y la evolución de la recuperación económica».

La AIE espera que la demanda mundial de petróleo se dispare desde los 93,1 mb/d estimados para el primer trimestre de 2021 a 99,6 mb/d para fin de año, mientras que el suministro global de petróleo en el año en curso aumentará solo en 1,4 millones de barriles diarios. No obstante, reconoce que, hasta que la pandemia esté bajo control, las perspectivas sobre la demanda están sumidas en la incertidumbre.

Por lo que respecta al mercado español, los datos de 2020 muestran que, aun manteniendo su actividad, las refinerías han tenido que reducir en un 14,9% sus niveles de procesamiento de crudo para adaptarse a la demanda, con un total de 56,6 millones de toneladas procesadas, según AOP. La media de utilización de la capacidad del refino se ha limitado a un 72%, siete puntos inferior a la mínima registrada en los últimos 20 años, que fue en 2014.

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