Saltar al contenido

El Gobierno renuncia al ‘impuestazo’ energético, pero sube el del diésel.

Montero pierde ante la presión del sector energético una de sus bazas recaudatorias para intentar cumplir el plan fiscal enviado a la UE pero impulsa subir el IRPF a rentas de más de 300.000 euros y otras medidas fiscales.

El PSOE ha capitulado en una de sus grandes bazas para intentar cumplir el plan fiscal y estructural remitido a Bruselas: la permanencia del llamado por el sector «impuestazo» energético con el que planeaba recaudar más de mil millones anuales. Sin embargo, logra salvar el del banca, a cambio de ceder al PNV el derecho a rebajarlo en su territorio. según fuentes oficiales del grupo parlamentario que dirige Aitor Esteban. Éstas aseguran que el «gravamen energético decaerá«, aunque no por exigencia suya, porque les bastaba con convertirlo también en impuesto y concertarlo con las haciendas forales.

El grupo parlamentario socialista tenía de plazo hasta las 18 horas de este miércoles para perpetuar el gravamen con una enmienda a un proyecto de Ley sobre el Impuesto de Sociedades, pero ha fracasado en el energético. Lo que sí aprovecha es para subir la tributación del diésel para equipararlo al de la gasolina. El Gobierno planea subir el impuesto de hidrocarburos que paga el gasóleo de automoción, de modo que el tipo general pasará de 0,307 euros por litro a 0,40069 euros. Pierde así la ventaja sobre la gasolina, pero la subida se dirige a los usuarios particulares, no para lo profesionales, si prospera esta enmienda.

En cuanto al impuestazo energético, la falta de apoyos parlamentarios por, sobre todo, la resistencia de la portavoz parlamentaria de Junts, Miriam Nogueras, y la fuerte presión del sector ha dejado a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, sin posibilidades de mantener este gravamen. Repsol había trasladado ya un proyecto de hidrógeno a Portugal y congelado inversiones en sus cinco refinerías, incluida la de Tarragona, en protesta por la maniobra tributaria. También Cepsa había dejado en el aire 3.000 millones en el llamado Valle andaluz del hidrógeno. Sumar había exigido su permanencia y el PNV lo aceptaba, pero siempre que pudiera rebajarlo en su territorio, lo que le permitía intentar arrebatar inversiones energéticas al resto de comunidades.

Según el PNV, el primer grupo parlamentario que ha hablado oficialmente de los planes fiscales del Gobierno, «el Grupo Vasco logra la concertación con capacidad normativa de los impuestos a grupos multinacionales y banca, que serán así regulados por las haciendas forales EAJ-PNV ha llegado a un acuerdo histórico en la Ley del Impuesto Mínimo Global que cuenta con el visto bueno de las instituciones vascas para la concertación de los impuestos a través de la Comisión Mixta del Concierto».

El gravamen temporal sobre la banca se convierte en impuesto por un período de tres años, aunque fuentes socialistas puntualizan que eso no impedirá hacerlo permanente. En la batería de enmiendas presentadas se prevé también subir un 1% el tipo de IRPF a las rentas superiores a 300.000 euros hasta situarlo en el 29%; y otros tributos como el que afecta a los cigarrillos electrónicos. También intenta paliar los efectos de la anulación en el Tribunal Constitucional de medidas fiscales del Gobierno del PP por lo que pretende limitar la compensación de bases imponibles negativas de las grandes empresas y las deducciones por doble imposición, así como revertir los deterioros de valor. También se extiende durante dos años la norma que solo permite compensar la mitad de las bases imponibles de las sociedades a los grupos de los que forman parte.

Por lo que respecta a los llamados vapeadores, la enmienda establece que el líquido para cigarrillos electrónicos que contenga menos de 15 miligramos de nicotina por mililitro de producto pagará 0,15 euros por mililitro y 0,20 euros si la cantidad de nicotina es mayor. Las bolsas de nicotina y otros productos de nicotina pagarán 0,10 euros por gramo. Otra enmienda plantea «actualizar» al alza la fiscalidad sobre el tabaco a partir del año próximo.

Entre las enmiendas figura también defender gravar los alquileres de corta duración en las zonas donde estos alojamientos dificultan el acceso a la vivienda o implican saturación turística.

Batalla de Sumar

Por su parte, Sumar, EHBildu y Esquerra han presentado enmiendas en las que insisten en hacer permanente el impuesto a las energéticas. El grupo que lidera Yolanda Díaz anuncia batalla además opuesta a la del PNV. «El PNV ha vendido un acuerdo con Hacienda en el que nosotros no estamos», señalan fuentes de Sumar, que aseguran que su grupo «va a pelear hasta el final» que los impuestos a las energéticas y a la banca sean «permanentes». «El PNV quiere impuesto y nosotros gravamen. La diferencia es que el gravamen está blindado por el Estado y si es impuesto, se puede suavizar en la comunidad autónoma», critican en Sumar.

Diseñado por Nubemedia.