El incremento de precio de un vehículo medio será de unos 1.500 euros por un impuesto que no existe en el resto de Europa.
Finalmente, el Gobierno no ha cedido a las peticiones de los fabricantes e importadores de automóviles y, a partir de hoy día 1 de enero, el impuesto de matriculación se incrementará según las emisiones de los motores, lo que supondrá un aumento importante en el precio de adquisición de un automóvil nuevo. Si tomamos la factura de un coche de tipo medio, de unos treinta mil euros, el aumento del precio final puede oscilar entre los 1.500 y los 3.000 euros.
Todo el sector del motor había solicitado al Gobierno la prolongación de la suspensión de este alza en el impuesto de matriculación. Como se recordará, esta subida impositiva entró en vigor el año pasado, pero al final del primer semestre quedó en suspenso al ser anulada temporalmente por el Congreso, donde el PSOE perdió la votación frente a los diputados de PP, CS y Vox, a los que se unió en este caso el grupo vasco. Entendían los fabricantes que, en un momento de fuerte crisis en las ventas de coches, incrementar el impuesto desincentivaría la demanda y retrasaría los objetivos de renovación del parque automovilístico y de reducción de emisiones. Por otra parte, este impuesto de matriculación ha sido eliminado por casi la totalidad de los países de la UE. Y es que las nuevas tendencias son repercutir los impuestos al uso y eliminar los que encarecen la compra.
Con las nuevas tarifas de este impuesto, reguladas según el nivel de emisiones a la atmósfera, los que emitan entre 121 y 159 gramos por kilómetro de CO2 pagarán un 4,75% sobre su factura final; entre 160 y 199 gramos, un 9,75% y por encima de 200 gramos, un 14,75%. Es decir, en un coche de alta cilindrada, el incremento de la factura podría subir hasta unos 15.000 euros. Hay que recordar que el automóvil ya paga en adquisición de nuevo el 21% de IVA. Según las estimaciones de fabricantes e importadores, el 40% de los automóviles nuevos que se matriculan en nuestro país sufrirán un aumento de precio.
Pero, paradójicamente, a pesar de que los últimos protocolos y medidas anticontaminación parecen haber declarado la guerra al diésel, lo cierto es que el impuesto de matriculación perjudica menos a los diésel que a los gasolina. La razón técnica es que, debido al propio proceso de combustión, un motor de gasolina emite aproximadamente un 2% más de CO2 a la atmósfera que un diésel. Además, se trata de un cálculo complicado ya que, en un mismo vehículo, el nivel de equipamiento puede repercutir en el peso final y este factor puede provocar saltar de tramo de emisiones y, por lo tanto, del porcentaje a pagar de impuestos.
Y es que, hasta ayer solo estaban obligados a pagar el impuesto aquellos coches que emitieran más de 144 gramos de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro recorrido. A partir de hoy, el mínimo se reducirá hasta los 120 gramos y, además, el tramo más alto de gravamen para el impuesto que llega hasta el 14,75%, también bajará, pasando de los 240 gramos por kilómetros de CO2 a 200 gramos. Hasta ayer mismo, se calcula que el 60% del mercado estaba exento de pagar el impuesto de matriculación. Pero desde hoy, se calcula que únicamente un 20% de los nuevos vehículos que se vendan no sufrirán un aumento impositivo. Con la nueva normativa, prácticamente solo están exentos del pago de este impuesto los coches totalmente eléctricos los híbridos enchufables y algunos híbridos auto recargables.
La medida va a perjudicar directamente a un cuarto de millón de españoles que en su día formalizaron un pedido de compra de coche nuevo y que no han recibido el automóvil por culpa de la crisis de los microchips. A la hora de formalizar el contrato calcularon un precio que, al no poder haberse hecho entrega del vehículo antes de finalizar este año por falta de existencias de los fabricantes, cambiará sustancialmente al tener que aplicársele las nuevas tarifas impositivas.
Esta subida impositiva va a repercutir igualmente en el mercado de coches de segunda mano, en clara expansión este año ante la falta de coches nuevos. Dado que buena parte de los coches de VO que se venden en nuestro país son importados, su precio se encarecerá por los impuestos en el momento en que deban ser matriculados en nuestro país para poder hacer la transferencia al nuevo dueño. Porque la gran mayoría de los vehículos de este mercado de usados sobrepasan los 120 gramos de emisiones.