La Unión Europea ha publicado en el Diario Oficial de la UE el nuevo Reglamento del Parlamento y del Consejo relativo al establecimiento de un marco para facilitar las inversiones sostenibles, en el que reconoce cualquier inversión energética siempre que cumpla los requisitos establecidos, sin discriminar, por tanto, ninguna tecnología en particular.
Como el lector conoce, este respeto de la neutralidad tecnológica ha sido reclamado de forma insistente y unánime por los diferentes sectores energéticos, que se muestran comprometidos con una transición energética que incluya los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) pero sin primar ni discriminar ninguna tecnología en particular.
El reglamento, pues, establece los criterios según los cuales se determina el grado de sostenibilidad medioambiental de una inversión. Una actividad económica tendrá la consideración de medioambientalmente sostenible cuando contribuya sustancialmente a uno o varios de los objetivos medioambientales establecidos, no cause ningún perjuicio significativo a alguno de los objetivos medioambientales establecidos, se lleve a cabo de conformidad con las garantías mínimas establecidas y se ajuste a los criterios técnicos de selección de la Comisión.
Los objetivos medioambientales establecidos son los siguientes:
a) mitigación del cambio climático;
b) adaptación al cambio climático;
c) uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos;
d) transición hacia una economía circular;
e) prevención y control de la contaminación;
f) protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas.
Durante su participación en la cumbre empresarial organizada recientemente por la patronal CEOE en Madrid, el presidente de Repsol, Antonio Brufau señalaba como un error guiarse por la “premisa falsa” de que hay que elegir unas tecnologías en detrimento de otras, ya que la descarbonización es un “reto planetario” en el que serán necesarias “todas las tecnologías que puedan aportar su granito a la reducción de emisiones”.
Así, junto a otras compañías del sector energético, Repsol insiste en aplicar “una óptica de neutralidad” a la hora de afrontar la descarbonización, ya que “somos incapaces de predecir cuáles serán más exitosas”.
Brufau indicó que Repsol cree en “un futuro multienergía y sostenible”, para lo que lanzó su apuesta por fomentar las energías renovables de todo tipo así como por la generación distribuida, a través del autoconsumo.