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biocarburantes de residuos

Fabricar biocarburantes a partir de residuos: el proyecto navarro que contará con fondos europeos

La creación del Laboratorio de Desarrollo de Biocombustibles Avanzados recibirá 7,6 millones de euros de los fondos REACT-EU.

Los combustibles renovables van a ser imprescindibles para cumplir los objetivos de descarbonización del transporte pesado por carretera, aviación y transporte marítimo. Y Navarra quiere estar a la vanguardia en lo que a energías renovables se refiere. Tanto es así que ha puesto en marcha un proyecto para producir biocarburantes avanzados que, además, contará con fondos europeos.

Lo ha explicado Javier Gil, director del departamento de Biomasa de Centro Nacional de Energías Renovables (CENER), durante la visita a las instalaciones que se ha realizado en el marco del 10ª Encuentro de BIOSPAIN 2021, a la que ha asistido EL ESPAÑOL-Invertia.

«El proyecto del Laboratorio de Desarrollo de Biocombustibles Avanzados tiene como propósito desarrollar tecnologías de producción de biocarburantes avanzados, fundamentalmente de tipo diésel, queroseno y marítimo, a partir de residuos forestales y de residuos agrícolas locales, que sean competitivas en costes», ha especificado Gil.

La creación de este laboratorio contará con una financiación de 7,6 millones de euros provenientes de los fondos europeos REACT-EU en el período 2021-2023. El proyecto incluye el diseño y construcción de diferentes prototipos y plantas piloto, así como trabajo experimental.

«Ya se ha empezado a trabajar en estas cuestiones. La parte de desarrollo de infraestructuras y equipamiento de investigación estará completada en diciembre de 2023, pero el desarrollo experimental continuará hasta 2026», ha señalado el director del departamento de Biomasa de CENER.

El proyecto se compone de diferentes líneas de actuación incluyendo tecnologías termoquímicas, bioquímicas e hibridas con objeto de diversificar las opciones tecnológicas maximizando el potencial de éxito.

Tal y como ha explicado Gil, se pretende alcanzar el desarrollo a escala piloto en 2026 para estar en disposición de que se genere un primer proyecto industrial en torno a 2030 y su implantación comercial a partir de entonces, con varias plantas de producción construidas entre 2030 y 2040.

Los biocombustibles constituyen la tecnología renovable más ampliamente disponible y utilizada en la actualidad en el transporte. Sin embargo, su desarrollo está limitado por su potencial impacto en la producción de alimentos y el cambio del uso de la tierra.

Sin embargo, los biocombustibles avanzados, que se producen a partir de biomasa residual o biorresiduos sin impactar por ello en la producción de alimentos ni en el uso de la tierra, «van a jugar un importante papel en la desfosilización necesaria para el sector transporte», ha añadido.

Estos pueden utilizarse en porcentajes de mezcla elevados (entre el 10% y el 50%, o, incluso, hasta el 100%, sin limitaciones técnicas en algunos casos) con los combustibles fósiles convencionales utilizando las infraestructuras logísticas, el parque automovilístico y las flotas de aviones y barcos existentes hoy en día, ha explicado Gil.

Por lo tanto, «su implantación podrá ser rápida si se establecen las condiciones de mercado adecuadas una vez se alcance el desarrollo tecnológico necesario para ello».

Sin embargo, las tecnologías de producción de biocombustibles avanzados «todavía necesitan avanzar significativamente en su desarrollo, por lo que es necesario promover de forma decidida la investigación, el desarrollo y la innovación en este campo», ha puntualizado.

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