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cop25

La cumbre de Madrid fracasa en aprobar un mercado de carbono y se limita a aumentar la ambición climática

«No es suficiente para afrontar con urgencia la crisis climática» ha lamentado la chilena Carolina Schmidt

Las delegaciones de los casi 200 países asistentes a la Cumbre del Clima de Madrid (COP25) han fracasado este domingo en definir la regulación de los mercados de emisiones de carbono, una de las principales dificultades de las negociaciones que ha retrasado el cierre de la reunión más de 40 horas y ha convertido a la cumbre en la más larga de la historia.

Los países, por tanto, se han limitado a aplazar la cuestión a la próxima reunión de Glasgow (Reino Unido) en 2020 y a aprobar un acuerdo de mínimos, bajo el nombre Chile-Madrid Tiempo para la Acción, en el que se hace un llamamiento a aumentar «la ambición» en la reducción de emisiones de cara al próximo año.

«Claramente no es suficiente. El mundo nos está mirando y espera resoluciones mayores. No estamos satisfechos. Los acuerdos conseguidos no son suficiente para afrontar con urgencia la crisis climática», ha lamentado la presidenta de la conferencia, Carolina Schmidt, en la lectura de las conclusiones.

Por su parte, la Ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha calificado la conferencia como «agridulce» ya que considera que «se estuvo muy cerca» de conseguir el acuerdo del mercado de emisiones, pero «no puede ser a cualquier precio».

Los mercados de carbono, una de las dificultades de las negociaciones

Unos minutos antes, Ribera aseguraba en Twitter que «algunos no se sintieron cómodos» con la regulación que ya adoleció de falta de consenso en la cumbre de Katowice (Polonia) de 2014. «Se trabajó intensamente para asegurar unos mercados de carbono globales que aseguren una contabilidad robusta respetuosa de la integridad ambiental. Algunos no se sintieron cómodos, así que queda pendiente para el año que viene», afirmaba.

El mercado de emisiones de carbono busca que se repercutan los costes de la contaminación sobre los que más emisiones generan, para que, a medida que se aumente el gasto, se desincentive su producción. Sin embargo, definirlo ha nivel técnico ha sido complejo ya que se debían decidir quién tiene derecho a emitir gases contaminantes y en qué cantidad, algo que ya produjo falta de consenso en la anterior Cumbre del Clima de Katowice (Polonia) y que ponía todas sus esperanzas, ahora frustradas, en la de Madrid.

En este sentido, el sábado, más de 28 países, entre ellos España, reclamaron la inclusión en el acuerdo de los ‘Principios de San José’, once condicionantes que incluían evitar la doble contabilidad en los mercados de carbono -que dos países se apunten la reducción al venderlo y al comprarlo-, garantizar recursos financieros a los países en desarrollo o evitar el traspaso de créditos anteriores a 2020 al nuevo sistema. En este último ámbito discrepaban países como India, China, India o Brasil que poseen derechos de emisión acumulados desde hace años y que quieren poder hacer uso de ellos cuando entre en vigor el Acuerdo de París en sustitución al Protocolo de Kioto de 1997.

Finalmente, los países se han comprometido a trabajar en el diseño de mecanismos de mercado en la próxima cumbre que eviten la doble contabilidad, que garanticen la integridad ambiental del sistema y «que sirva a la ambición del Acuerdo de París», ha dicho el Ministerio para la Transición Ecológica en un comunicado.

Un acuerdo de mínimos que hace un llamamiento a aumentar la «ambición»

En el acuerdo adoptado por el plenario sí se insta, en cambio, a los países a aumentar «la ambición» y a presentar sus compromisos climáticos antes de la próxima cumbre, para que Naciones Unidas pueda elaborar un Informe de Síntesis previo en el que se indique el estado en el que se encuentran con respecto al objetivo de mantener la temperatura del planeta por debajo de 1,5ºC.

Además, acepta los tres temas facilitados por la Ministra en funciones de la Transición Ecológica, Teresa Ribera: ambición, perdidas y daños y financiación, por el cual se dirigirán más recursos, además de la mitigación y adaptación, a los daños producidos por los impactos de los fenómenos climáticos extremos.

“El mandato es claro: los países tenemos que presentar contribuciones nacionales más ambiciosas que las actuales en 2020, es importante responder a las demandas de la gente y de la Ciencia, y comprometernos a hacer más y más rápido”, ha indicado Ribera.

El Plan de Acción de Género, otra de las dificultades de los últimos días, también ha sido aceptado y estará vigente hasta el año 2025 -cuando se tendrá que revisar-. Pretende lograr más participación de las mujeres en la negociación internacional, y asegurarles un papel activo en la toma de decisión a nivel nacional.

«El problema de género no es un problema de las mujeres sino de la humanidad, como el cambio climático», ha defendido Carolina Schmidt que ha destacado «la vulnerabilidad» de las mujeres ante el cambio climático y su «poder transformador».

Brasil, a punto de bloquear el acuerdo

Uno de los puntos más tensos de la jornada ha sido la intervención de Brasil sobre el uso de océanos y tierra, punto de discordia de las negociaciones el pasado sábado, que se ha opuesto a dos párrafos del texto y que han estado a punto de bloquear el acuerdo.

Numerosas delegaciones, entre ellas las de la Unión Europea, no han apoyado la decisión de Brasil y la presidenta de la conferencia, la chilena Carolina Schmidt, le ha pedido que rectificara su posición.

Brasil, finalmente, ha reculado y ha aceptado esa parte del acuerdo, que ha sido aprobada entre los aplausos de los asistentes.

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