Los nuevos motores diésel Ingenium de Jaguar Land Rover tienen unas emisiones de óxidos de nitrógeno similares a las de un gasolina
Los nuevos avances tecnológicos permiten desmentir algunos mitos sobre las emisiones contaminantes de este tipo de motores
Respirar aire más limpio se ha convertido en una prioridad para los distintos actores sociales. Ciudadanos, gobierno y empresas buscan reducir la polución, causante del cambio climático. Uno de esos actores son los fabricantes de automóviles que, conscientes del papel que juegan en esta partida contrarreloj contra el calentamiento global, tratan de aminorar la emisión de gases contaminantes gracias a adelantos tecnológicos.
Esa es precisamente la intención de Land Rover, que con su nueva gama de propulsores pretende atajar de raíz las creencias generalizadas que señalan al diésel como uno de los combustibles más contaminantes. Sus últimos avances van destinados a emitir menos partículas de NOx u óxido de nitrógeno, responsable de la famosa boina de contaminación que cubre el cielo de las ciudades y cuyo característico color marrón se debe al dióxido de nitrógeno que, al entrar en contacto con las partículas del aire, toma ese color.
Centrales eléctricas y automóviles son algunos de los responsables de las emisiones de estos gases a la atmósfera y dentro de la segunda categoría, se da por hecho que los vehículos diésel son más contaminantes que los de gasolina. Pero los últimos datos desmienten esa teoría si tenemos en cuenta que los nuevos motores diésel Ingenium de Land Rover emiten prácticamente las mismas partículas que un gasolina: 0,08 gr/km frente a las 0,06 del vehículo de gasolina. Esta reducción supone un descenso del 90% en este tipo de emisiones y las equipara con las de los motores de gasolina, creando, así, una flota cada vez más sostenible. La reducción les hace valedores de la pegatina C que con la nueva ordenanza Madrid 360 permite incluso acceder al centro de la capital española.
Una válvula para contaminar menos
¿Qué otras medidas se pueden implementar para reducir la emisión de gases contaminantes? Los vehículos de Land Rover cuentan con la llamada válvula EGR, siglas en inglés de Recirculación de Gases de Escape, y que dan nombre a una pieza encargada de rebajar la emisión de los óxidos de nitrógeno.
Situada entre el colector de admisión y el escape, es capaz de reducir las emisiones gracias a una maniobra que ejecuta cuando recibe los gases de escape y permite que parte de estos vuelvan a la cámara de combustión para que se vuelvan a quemar. Al efectuar esta operación, la válvula logra reducir la temperatura de combustión en el motor lo que repercute en el óxido de nitrógeno que se emite al exterior. Se estima que una válvula EGR es capaz de reducir hasta un 50% la emisión de NOx a la vez que reduce el ruido que genera el vehículo.
Los avances tecnológicos de la familia de propulsores Ingenium incluyen, además, un catalizador de reducción selectiva (SCR) que permite reducir los niveles de óxido de nitrógeno emitidos por el sistema de escape. Su funcionamiento es muy sencillo: a través de un aditivo compuesto por urea y agua destilada se genera una reacción química que neutraliza la expulsión de los gases contaminastes, ya sea NOx o CO2. Este catalizador reduce los niveles de óxido de nitrógeno emitidos al exterior hasta en un 90%, y los de dióxido de carbono entre un 20 y 25% si los comparamos con los de gasolina.
Los nuevos motores Ingenium también cuentan con un filtro de partículas diésel (DPF) o AdBlue® que se encarga de depurar los gases contaminantes: los retiene e incluso llega a eliminar un alto porcentaje.