El Ministerio de Transportes tiene decidido no incluir en su nuevo Plan de Ayudas para la renovación de flotas los vehículos de mecánicas diésel. Este Plan está dirigido a las empresas transportistas, pero las ayudas se centrarán exclusivamente en el fomento de la adquisición de vehículos de transporte propulsados por otras energías alternativas o la transformación de los actuales vehículos diésel a mecánicas impulsadas por gas.
El Ministerio reconoce, según ha señalado Fenadismer, que en el sector del transporte de mercancías y pasajeros de largo recorrido no hay una oferta real suficiente de vehículos eléctricos y los modelos de hidrógeno están aún en fase de experimentación, por lo que estima que la mayor parte de las adquisiciones a subvencionar serán las referidas a vehículos propulsados por gas, ya sean de GLP, como de GNC y de GNL. Estos vehículos, en todo caso, que generan tan solo un 15 por ciento menos de emisiones que su equivalente en diésel.
A pesar de que el gas es un combustible alternativo y novedoso en los vehículos pesados, según la federación de transportistas, muchos transportistas son reticentes a la transformación de sus vehículos ante la todavía importante falta de gasolineras en España; por esta razón, incentivar la transformación colabora en la rebaja de las emisiones y permite acostumbrarse a dicha tecnología de cara a una posterior renovación de su vehículo actual, fomentando a su vez la instalación de una red mayor de nuevos puntos de suministro por la mayor demanda de este tipo de carburante.
El Plan de ayudas en preparación incluirá una línea dirigida a empresas transportistas para el achatarramiento de vehículos antiguos, sin condicionarlo a la adquisición de ningún vehículo nuevo, como ya ocurrió en 2015 con el Plan PIMA Transporte, aunque en esta ocasión Fenadismer ha señalado que “confía en que se eliminen algunos de los requisitos limitativos que contemplaba el anterior Plan, lo que impidió que se pudieran agotar los fondos previstos para dicho fin”.