En 2025 la circulación de los vehículos más contaminantes estará prohibida en todo el término municipal
El plan anticontaminación del Ayuntamiento de Madrid, con el que se pretende reemplazar Madrid Central, se ha bautizado como Madrid 360 y entrará en vigor el próximo año, «durante el primer semestre». El proyecto del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, rebaja algunas de las medidas puestas en marcha por la anterior alcaldesa, Manuela Carmena: algunos vehículos vetados podrán volver a circular por el corazón de la capital. A la vez, las tarifas de aparcamiento serán más baratas para los coches menos contaminantes, donde se incluyen los que tienen etiqueta C, y las motos tendrán un horario más amplio para circular por la zona de bajas emisiones (ZBE). A medio plazo, Madrid 360 prohibirá a partir de 2025, la circulación de los vehículos más contaminantes —los que no tienen etiqueta— en todo el término municipal. El Plan A de calidad del aire aprobado por Carmena marcaba como objetivo «limitar la circulación» de estos vehículos en toda la ciudad. [Interactivo: consulta la calidad del aire en tu calle de Madrid]
Madrid Central, un área de tráfico restringido en el centro que limita el acceso al vehículo privado en función de sus etiquetas ambientales, se convirtió en arma arrojadiza durante la campaña electoral de mayo pasado. El PP aseguró que revertiría el área de bajas emisiones, mientras Ciudadanos hablaba de mejorarlo. Tras formar ambos partidos gobierno en coalición, el alcalde José Luis Martínez-Almeida (PP) intentó en junio —sin éxito— suprimir temporalmente las multas en la ZBE. Pero dos juzgados de la capital le pararon los pies. Además, la Fiscalía General del Estado tiene abierta una investigación de oficio sobre ese intento de suspensión. A la vez, la Comisión Europea se mantiene vigilante con la contaminación en Madrid, con un expediente abierto a España por incumplimiento de la normativa de calidad del aire europea, con especial énfasis en los límites legales de dióxido de nitrógeno.
Cuando se active Madrid 360, y a diferencia de lo que ocurre ahora, los vehículos con etiqueta C —de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014— con dos ocupantes o más podrán transitar libremente por la zona de bajas emisiones al ser considerados «vehículos de alta ocupación». Hasta ahora solo podían acceder a la almendra si acudían a un aparcamiento. Según el Estudio del Parque Circulante de la Ciudad de Madrid de 2017, el 31,32% de los turismos de la capital tienen etiqueta C. Para conocer la categoría ambiental de su vehículo puede consultar la web de la Dirección General de Tráfico (www.dgt.es).
Entre las nuevas medidas, el Ayuntamiento considera las motos «un medio de transporte más sostenible que los turismos», por lo que incentivará su uso. Para ello, se duplicarán las plazas de aparcamiento específico (hasta 21.000) y se ampliará su horario de entrada al centro (las que tengan etiqueta B y C): si ahora no podían circular a partir de las 22.00, en el futuro lo podrán hacer hasta la medianoche.
Además, los comerciantes serán considerados «vecinos» en el área de Madrid Central por lo que disfrutarán de las mismas condiciones (y los mismos 20 pases para invitados) destinados a residentes. Para facilitar que los coches puedan acceder al centro, se abaratarán las tarifas de aparcamiento —los eléctricos podrán aparcar gratuitamente, los ECO pagarán el 50% menos y los C, un 10% menos— y se aumentarán las plazas para no residentes.
El Ayuntamiento espera culminar su reforma de la ordenanza de movilidad en el primer semestre de 2020. Hasta entonces, la normativa actual de Madrid Central sigue en vigor. Antes de que los cambios se pongan en marcha, la ordenanza deberá pasar por su procedimiento administrativo, con la apertura del plazo correspondiente de consulta pública. Según el alcalde, su proyecto pretende «conciliar la calidad del aire con el progreso social».
El plan prevé la prohibición gradual de la circulación de los vehículos más contaminantes en la ciudad; es decir, los clasificados como A, que no tienen distintivo medioambiental. En paralelo ofrecerá una línea de ayudas para la renovación de la flota, dotada con 50 millones de euros al año.
Madrid 360 dividide la ciudad en cinco anillos: zona Sol; distrito Centro; interior de la M-30; zona entre la M-30 y la M-40, y el exterior de la segunda circunvalación. “Madrid Central ya está superado”, ha asegurado Almeida, que defiende que la suya es “una estrategia global”, que afecta a los 21 distritos. Siguiendo esta división, a partir del 1 de enero de 2020, los vehículos A no podrán estacionar en la zona del primer y segundo anillo (la almendra central). Desde el 1 de enero de 2022, tendrán prohibido acceder y circular dentro del perímetro de la M-30 los no residentes. Un año después, la restricción se extenderá la propia vía de circunvalación. El 1 de enero de 2024, ningún vehículo A podrá entrar en el término municipal, excepto los residentes. En 2025, ningún vehículo sin etiqueta, ya sea vecino o no, podrá circular por la ciudad.
SOTERRAMIENTO DE LA A-5 Y SUPRESIÓN DE ALGUNOS CARRILES BICI
Dentro de las medidas del plan se han incluido propuestas ya defendidas por Almeida como el soterramiento de la A-5. El alcalde también ha incidido en la idea de «reclamar» a las autoridades competentes (Comunidad y Gobierno central) la construcción de carriles Bus-VAO en vías de acceso como la autovía de Extremadura (A-5) o en plaza Elíptica (A-4), donde ahora mismo se encuentra la estación de medición de contaminación que presenta los peores niveles de toda la ciudad.
El Ayuntamiento, además, plantea otras medidas contra la contaminación que no tienen que ver con la movilidad, como la sustitución de calderas de carbón y gasóleo o técnicas novedosas en Valdemingómez para la gestión de gases contaminantes. Según el alcalde, el Ayuntamiento quiere “absorber tres veces más emisiones que lo que se pretendía con Madrid Central”.
En el centro, el Ayuntamiento pondrá en marcha dos líneas de autobuses «cero cero»: «Cero coste y cero emisiones», ha dicho Almeida. Una discurrirá de norte a sur, entre San Bernardo y Puerta de Toledo; otra, de este a oeste, entre Felipe II y Moncloa. La EMT también pondrá en marcha un servicio más perimetral (con coste): que circundará la almendra central para tratar de solucionar la «congestión en bulevares y rondas», en palabras del Ayuntamiento.
El alcalde también ha anunciado, sin dar muchos más detalles, un plan de «reordenación de itinerarios ciclistas». También la supresión de carriles bici que, según Almeida, «entorpecen el tráfico”. No ha especificado cuáles, pero por comentarios anteriores del Ayuntamiento, las vías de bulevares o de la calle Toledo podrían desaparecer. “No quiere decir que no apostemos por la bici”, ha asegurado Almeida, para después anunciar que la red de bicicletas públicas Bicimad continuará el plan de expansión iniciado por el gobierno anterior.
La administración local seguirá con la senda que inició el gobierno de Manuela Carmena en cuanto a la sustitución de vehículos municipales. El objetivo es conseguir que en 2023 el 100% de vehículos del Ayuntamiento sean sostenibles.
CRÍTICAS DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
Paco Segura, portavoz de Ecologistas en Acción (EEA), la organización que consiguió la paralización de la moratoria de multas en los tribunales, considera que Almeida “ha presentado muchas medidas que ya estaban contempladas en el Plan A”, mientras que otras son “muy negativas”, informa Miguel Ángel Medina.
“Es peligroso que los vehículos con etiqueta C de alta ocupación, con tan solo dos personas, puedan circular libremente por Madrid Central. Estos vehículos representan más del 30% del parque circulante, con lo que esta medida es claramente negativa y va a incrementar mucho el tránsito en lugar de reducirlo», continúa el representante de EEA. También considera que el mayor acceso para motos o la bajada del precio de los aparcamientos municipales «incentivarán el acceso al centro”. Con este tipo de medidas, “el Ayuntamiento intenta desvirtuar Madrid Central”. La organización ecologista no descarta llevar las nuevas medidas a los tribunales cuando se inicien los cambios en la ordenanza.
El nuevo plan se ha presentado en el último día del plazo que el Ayuntamiento se había fijado. Para preparar estas medidas, Almeida encargó una auditoría exprés a Deloitte para perfilar su plan alternativo a Madrid Central. El contrato se licitó por 17.908 euros (IVA incluido), sin concurrencia pública —hay que hacerlo por ley a partir de los 18.000 euros— y daba dos meses de plazo para elaborar «la estrategia de reducción de emisiones de Madrid”, un tiempo y un presupuesto escaso, según varios expertos en movilidad. Aunque Almeida ha defendido que Madrid 360 ha sido elaborado por el Área de Medioambiente y que ha contado con la «asesoría» de Deloitte, todo el proceso ha estado rodeado de secretismo. A diferencia de otros planes anticontaminación anteriores, no han participado ni la EMT, ni la Universidad Politécnica ni se ha convocado la comisión de calidad del aire.
Por otro lado, tanto Más País como el PSOE han denunciado ante la Junta Electoral la presentación del plan anticontaminación que ha tenido lugar este lunes en el Faro de Moncloa por considerarlo un acto electoral celebrado en periodo de convocatoria de los comicios generales.
Antes de Madrid Central, en la capital, ya existían cuatro zonas donde el acceso de los coches estaba limitado (las áreas de prioridad residencial o APR de Cortes, Letras, Embajadores y Ópera), que ahora quedaban englobadas en esta zona de 472 hectáreas. Un informe ha descrito a Madrid Central como la zona de bajas emisiones de la UE más efectiva contra la polución.
Sin embargo, los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en la céntrica estación de la plaza del Carmen, la única en el interior de Madrid Central, subieron en julio y agosto hasta un nivel similar al mes de marzo, cuando las multas por acceder al área aún no habían entrado en vigor, según un informe de Ecologistas en Acción basado en datos municipales. La organización vinculó este dato a la moratoria de Almeida que, durante una semana, eliminó las multas y a la confusión creada por el Ayuntamiento con respecto a la posible anulación de Madrid Central.