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Un interesante documental de Antonio Turiel, uno de los mayores expertos en transición energética

Antonio Turiel

Antonio Turiel: «Los parques eólicos son polígonos industriales en montañas y los solares el infierno en el campo en verano»

El físico leonés advierte de las consecuencias de la Transición Energética tal y como está planteada por los políticos. «Es ineficiente e inviable», asegura. Y también alerta de las consecuencias de la invasión de los molinos de viento en las montañas «con camiones, caminos y construcciones de hormigón» y los espejos solares en los campos, «que aumentan notablemente la temperatura local» y sus residuos «que pueden tardar siglos en recuperarse y ser altamente tóxicos». Recomienda a los leoneses «que resistan porque les va el futuro y el de las generaciones venideras en ello» y asegura que «proteger la riqueza natural es la única defensa de cara a un futuro en Decrecimiento en que colapsará la Sociedad Industrial tal y como lo hizo el Imperio Romano».

Antonio María Turiel Martínez (León, 1970) es doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid –tiene hasta entrada en Wikipedia–, y es uno de los expertos del CSIC en Ciencias del Mar y, desde hace unos años uno de los mayores en el mundo sobre la Transición Energética. Estudió en los Jesuitas de León y es hijo del expresidente socialista de la Diputación leonesa Agustín Turiel Sandín, y como tantos otros hijos de la provincia tuvo «que abandonarla para trabajar en lo que quería». Llegó a ser jefe del departamento de Oceanografía Física del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, pero en la crisis económica de 2008 abandonó el cargo «por coherencia personal» al ver que no se invertía lo mínimo para sostenerlo y la crisis enorme que sufrió la ciencia española. Desde hace diez años edita el famoso blog The Oil Crash, que este diciembre o este enero llegará a los 14 millones de páginas vistas, y desde el que lleva advirtiendo todo este tiempo del colapso de los combustibles fósiles y cómo afrontar el decrecimiento económico del futuro.

Durante todo este tiempo le han puesto verde (pero no como se entiende ahora la palabra, sino como tradicionalmente se ha usado para desprestigiar al contrario). Muchos han negado la evidencia de que no se puede mantener el ritmo de crecimiento económico si decrece la energía necesaria para poder producir cada vez más: lo que llaman el peak oil, el momento en que más petróleo se produciría y luego comenzaría a bajar poco a poco su extracción, punto al que ya se ha llegado hace cinco años, pero hasta ahora nadie había hecho caso de él. La pandemia lo ha acelerado todo, hasta el darse cuenta de que tenemos un gran problema en el planeta con la falta de combustibles fósiles si China demanda cada vez más y se produce menos.

Ha viajado ampliamente dando conferencias por toda España –cada vez que ha venido a León ha reventado de audiencia los auditorios– y su última aportación a este complicadísimo debate de cómo debemos los ciudadanos acostumbrarnos a tener menos ha sido la publicación de su libro ‘Petrocalipsis. Crisis energética global y cómo (no) la vamos a solucionar’. Aquí hay una importante reseña sobre este ensayo –nada menos que en la revista Investigación y Ciencia–, crucial para entender los momentos difíciles que vivimos… y los peores que viviremos a partir de ahora.

En los últimos meses su lucha de más de un decenio por intentar explicar que no podemos seguir viviendo como hasta ahora le ha puesto en el punto de mira, al empezar a producirse los problemas de suministro global en mercancías y conocerse que Alemania y Austria se están preparando para un ‘Gran Apagón’. Los políticos han comenzado a solicitarle consejos y le llaman de todos los sitios para que vuelva a explicar, de nuevo, cómo planificar la Transición Energética de forma eficiente. Un experto de gran calibre que se siente a veces como la mítica Cassandra –que predecía el futuro pero a la que nadie hacía caso, con funestas consecuencias en la guerra que terminó perdiendo Troya contra los griegos– y que en esta entrevista se centra en las consecuencias de la invasión de macroproyectos eólicos y fotovoltáicos en su provincia natal, León, «ante la amenaza de esta Transición Energética planteada sólo para beneficio de las Eléctricas que consideran León una provincia meramente extractiva, como han hecho siempre», apunta para añadir que todo esto es «un nueva colonización energética de León, el mismo sistema que el de ahora pero envuelto con un discurso bonito».

ILEÓN ha conversado con él sobre todo esto y mucho más. Y el experto leonés alarma sobre los macroproyectos eólicos, «que son en realidad polígonos industriales en las montañas» y los parques solares fotovoltáicos «el infierno en las tierras rurales ya que en verano la temperatura local aumenta mucho y además sus materiales son altamente contaminantes». Y mucho más, advirtiendo del engaño del ‘hidrógeno verde’. «Los leoneses tienen que resistir a esta invasión de un modelo inadecuado e inviable, es crucial para ellos», porque la provincia «tiene futuro porque es un fortín ecológico para afrontar los cambios que vienen». «Nos va la vida en esto, y de nuestras generaciones futuras. Es fundamental para sobrevivir preservar el patrimonio natural de León», manifiesta.

¿Qué opinas de la estrategia de España con la Transición Ecológica?

No es para empezar propiamente una estrategia española. Es sobre todo europea y en menor sentido mundial. El modelo de Transición que se está planteando está centrado en el gran proyecto de producción de energía renovable porque la idea es intentar mantener grandes centros de producción y distribución con la idea de mantener un modelo de consumo centralizado en unos pocos sitios donde se fabrica todo básicamente, y mantener todo el tejido industrial que se basa en combustibles fósiles de la misma manera. Entonces el problema que tiene este modelo es que depende de la extracción de muchos materiales que no están aquí, es muy intensivo energéticamente, requiere de combustibles fósiles para su despliegue, instalación y mantenimiento, y en última instancia produce un tipo de energía que no es tan fácil de aprovechar que es la eléctrica. O sea, que en general, mal.

¿Pero es un camino que no tiene vuelta atrás, no?

Un ejemplo es lo que tiene que ver lo que se está planteando y la pregunta que me hacen sin parar desde hace semanas del Gran Apagón, que tiene una conexión: este modelo de energías renovables a gran escala genera inestabilidades en la red. Y este es el problema final que hay detrás del riesgo de un gran apagón. Es un modelo en el que no sabemos cómo aprovechar la energía por una parte, porque está basado en la electricidad que no es tan fácil de aprovechar y por más que se quiera vender que es fácil hacerlo usando baterías o hidrógeno no es verdad ya que son tecnologías que tienen sus limitaciones y están muy lejos de poder hacer lo mismo que se hacía antes. Pero es que además la instalación masiva de sistemas renovables cuando la intentas integrar a una escala grande te genera inestabilidades que no se pueden resolver y que te pueden destruir la red. Esto es un problema que en blog llevamos abordando desde hace un par de años y bueno, es lo de siempre: una frase que llevo mucho diciendo últimamente es que ‘Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena’.

«No queda más remedio que hacer la Transición Energética, pero la cuestión es que este no es el modelo adecuado, es inviable. Lo que pasa es que es el modelo que prefieren las élites económicas porque en principio les permite mantener el sistema actual. O eso es lo que ellos piensan, porque en el fondo se equivocan. Técnicamente no funciona este modelo. Y esto es lo peor de todo. Se están tomando decisiones muy mal guiadas»

Ahora se está empezando a ver que efectivamente este modelo tiene los pies de barro, porque en el fondo tiene una cosa que es muy simple: nosotros lo que pretendemos es utilizar las energías renovables como si fuera la fósil; pero ésta es muy concentrada, en muy poco volumen y peso tienes muchísima energía, lo que permite crear estos supercentros de consumo y producción y demás mientras que la renovable es todo lo contrario, dispersándola sobre un territorio muy grande. Entonces lo que se intenta hacer es fosilizarla, concentrarla para poder mantener el antiguo sistema de producción lo que genera muchísimas ineficiencias y problemas técnicos como este de la estabilidad de la red eléctrica. Entonces al final es intentar forzar un tipo de energía, que se podría aprovechar de otra manera más local y sostenible generando riqueza local, para convertirlo en lo que no es. Y es aquí donde vienen los problemas. El asunto al final no es el tema de la transición, que hay que hacerla forzosamente, ni siquiera sólo por el cambio climático aunque tengamos un muy serio problema ambiental que debemos luchar contra él para no empeorarlo aún más, sino por la falta cada vez más en el mercado de los combustibles fósiles donde hemos tocado máximos. Hay que buscar alguna alternativa. Lo que es muy discutible es que este sea el modelo factible o viable. No lo es, nos puede llevar a colapsar, no funciona. Lo peor de todo es que con mucha prepotencia y grandilocuencia se defiende y no se admite ninguna crítica cuando técnicamente este modelo es una filfa.

¿Una filfa? Pues no es lo que venden los políticos, sino que es crucial hacerlo como está planteado…

No es lo que los gobiernos pretenden hacernos creer. Los tres problemas principales que tiene son: primero, el potencial de prestación de energía de las fuentes renovables es limitado, no es una cantidad infinita contrariamente a lo que se pretende hacer creer y que de hecho puede ser sensiblemente inferior a lo que consuminos ahora; el segundo, la dependencia que tiene de materiales escasos y de los propios combustibles fósiles, que de hecho en este momento con la falta de suministros podría hacerlo completamente inviable provocando que los proyectos que se empezaran ahora no se pudieran acabar; y el tercer problema es que está orientado a la producción de electricidad cuando no es eso lo que necesitamos y además se generan problemas técnicos como la inestabilidad de la red eléctrica. Ya sólo por eso habría que hacer un replanteamiento del modelo. Decir, «quizás nos estemos equivocando, quizás no es el mejor modelo para hacer la transición». Quizás no. Seguro. Pero bueno, esto no lo van a admitir.

En León estamos bastante alarmados con la proliferación de peticiones de macroproyectos de renovables, eólicos y fotovoltaicos. Pensamos que es como una invasión. ¿Como leonés te has informado sobre ello, y de ser así, qué opinas?

Este problema se está dando en toda España, yo tengo bastante contacto con la gente de Aliente (Alianza entre Energía y Territorio), que agrupa todas las iniciativas de resistencia a esta instalación masiva de proyectos con nulo respeto por el territorio y el entorno rural en España y lo que ocurre es que en León hay sobre todo un recurso eólico en las altas montañas y solar porque aunque no es la zona de España más isolada hay mucho terreno vacío donde se puede poner a precio muy barato. Además es una provincia muy sobreexplotada hidroeléctricamente, con lo que esencialmente intentan imponer de nuevo el mismo modelo de siempre, extractivista que lo que pretente es sacar energía masivamente para mantener el consumo de grandes urbes y de grandes centros de distribución.

«León es una provincia muy sobreexplotada hidroeléctricamente, con lo que esencialmente intentan imponer de nuevo el mismo modelo de siempre, extractivista que lo que pretente es sacar energía masivamente para mantener el consumo de grandes urbes y de grandes centros de distribución. En este sentido le han tocado bastantes malas cartas»

En este sentido a León le han tocado bastantes malas cartas. Mientras a nivel eólico en altas montañas puede tener un cierto pase, pero volvemos a lo mismo, al final lo que haces es destruir patrimonio natural que va a ser importante de cara al futuro. Además una cosa en la que se miente muchísimo con el tema de los macropartes es que se da a entender que son medioambientalmente respetuosos cuando son instalaciones de carácter industrial. Hay quien los denomina polígonos y creo que es bastante acertado porque en el fondo hay un proceso de industrialización asociado muy importante: se tienen que hacer vías de acceso y de evacuación de la electricidad haciendo un gran destrozo, al final tienes un tránsito de camiones muy importante y en el fondo tienes una actividad no muy diferente a la de cualquier polígono industrial.

¿Polígonos industriales en las montañas y en los campos? ¿Nadie en la Administración ha tenido en cuenta el impacto medioambiental de eso?

Es preocupante además porque toda esta gente que dice ahora tanto que es importante hacer esto por la lucha contra el cambio climático y la descarbonización tiene intereses económicos: no sólo se lucha consumiendo menos energía fósil y no siempre es la mejor, también se lucha manteniendo la biodiversidad y aprovechando las capacidades que tiene la naturaleza de bioregular; la presencia de bosques generan un proceso de evapotranspiración con lo que cierran localmente el ciclo del agua favoreciendo que la temperatura no sea tan elevada y un flujo del agua continuo y es una forma de adaptarse al cambio climático que no se tiene que desdeñar, la biorremediación y bioadaptación nos permite afrontar mejor este problema.

Lo último que queremos es empezar a desbrozar bosques para poner un montón de instalaciones industriales y camiones con diésel o cubrir nuestros campos con placas solares oscuras que tienen un albedo muy bajo y por tanto se retiene mucha radiación solar. Más de la que se convierte en electricidad y aumenta localmente la temperatura muchísimo por las placas. Éstas se recalientan muchísimo. Entonces no es ninguna biorremediación, es lo contrario: lo que estás haciendo es agredir al medio y poner un medio todavía más hostil y desequilibrado desde el punto de vista de la lucha contra el cambio climático. Es justo lo contrario de lo que se dice que se quiere hacer. Toda esta gente que se llena la boca diciendo que esto es lo que hay que hacer son unos mentirosos y lo saben.

Ahora los proyectos que nos dicen hablan de pueblos rodeados de placas solares, montes con las cumbres pobladas de molinos de viento, y eso en una provincia que es la que tiene la mayor cantidad de Reservas de la Biosfera de la Unesco del mundo; que son siete. ¿Esto no va a hacer un daño tremendo a la naturaleza leonesa? ¿Compensa esto?

No, no compensa. Y además pone en solfa un valor que es fundamental, que es el de la biodiversidad y esta capacidad de biorreparación. Es que es justo lo contrario que se tiene que hacer. Una de las cosas que necesita el mundo y necesita España es tener pulmones verdes, tener ecosistemas sanos, tener una capacidad también de absorción de CO2 y todos estos proyectos lo que hacen es destruir.

«Lo último que queremos es empezar a desbrozar bosques para poner un montón de instalaciones industriales circulando camiones con diésel o cubrir nuestros campos con placas solares oscuras que retienen mucha radiación solar y aumenta localmente la temperatura muchísimo»

Los proyectos eólicos al final con todas esas vías de acceso y movimiento industrial, porque ponen torres de hormigón armado que todo esto se lleva con camiones y poner con grúas; y lo de las placas solares en verano es infernal, las temperaturas son muy elevadas debajo de las placas solares. Es absolutamente insoportable. Entonces es que lo que hace es un daño tremendo a la naturaleza, justo cuando lo que se está diciendo, y en eso además en la cumbre de Glasgow una de las conclusiones que se recoge en el documento final es que hay que hacer un esfuerzo por mantener y por ampliar lo ecosistemas y los espacios de biodiversidad. Es justo al revés de lo que se debería de hacer.

León tuvo minas. Cerradas. Inundaron pueblos con los pantanos. Los secan para producir electricidad. Ahora quieren copar los terrenos con espejos y poner bosques de palas eólicas en las montañas. ¿Los macroproyectos estos son los nuevos negocios extractivos de las Eléctricas en la provincia de León?

Exactamente. Es un nuevo proyecto extractivo. Además es que demuestra que se sigue mirando a León como siempre se la ha mirado: como una fuente de recursos para mantener la gran metrópoli que es Madrid esencialmente y en menor medida Valladolid. Está claro. Es continuar con la tendencia de siempre y además están con los camelos de siempre: que si se genera muchos puestos de trabajo, la Economía Verde, la investigación… todo mentira, además. Justamente estoy en contacto con un geógrafo que se llama Sergi Sabadie, que trabaja en la Universidad Rovira y Virgili de Tarragona, y éste ha analizado mucho los macroparques de la primera gran ola de hace unos diez años y lo que se comprueba es que no generan empleo; al final se mantienen con muy poco personal y además ni siquiera es de allí. Es todo lo contrario, se vende el tocomocho como tantas veces se ha hecho en León. Cuántas veces hemos visto que si Biomédicas, que si la Escuela de Pilotos… es siempre el mismo rollo, y la gente pica. Está claro, es mantener un modelo extractivo, León se ve como un recurso a explotar: somos una colonia. Eso es lo que somos.

No sólo es destrozar los montes y abrasar los campos, porque todo el mundo se olvida de que estas instalaciones tienen límite de años de vida. ¿Qué pasará con los residuos que generen una vez se desinstalen estos macroproyectos en 25 años? ¿Son preocupantes?

Sí. A nivel de toxicidad lo peor son las placas solares. Cuando se rompen liberan ciertas sustancias que se utilizan para su fabricación que son altamente tóxicas. Ahí hay un problema muy serio. Su desmantelamiento no puede hacerse de cualquier manera y, sobre todo, hay que evitar que los paneles se fracturen porque si lo hacen hay que recoger muy bien los pedacitos porque hay sustancias que pueden contaminar el subsuelo y las aguas. Entonces este es el ‘pequeño problemita’ que tienen. Respecto a las aerogeneradores allí no hay un problema tan grave a nivel de la toxicidad de los residuos, pero sí como suele pasar con las construcciones: que tienes hormigón, que tienes acero dentro del hormigón, y todo lo que va en la nacelle (la barquilla superior) que es cobre, que es un fitotóxico y luego está todo lo que es el propio generador de hierro y neodinio, ya que si los quieren hacer grandes seguramente van a poner aerogeneradores con imanes permanentes de este material. Pero el problema más grande no es tanto ya el núcleo, sino las aspas, que suelen estar hechas de fibra de vidrio o de carbono y son muy duras y resultan muy difíciles de reciclar porque se requiere muchísima energía porque es muy difícil de cortar y muchas veces lo que se hace es enterrarlas tal cual. No existe ninguna metodología a día de hoy para su aprovechamiento, con lo cual todos los parques generan un problema de gestión de residuos muy grande, de gran volumen porque cada aerogenerador de éstos son unos cuantos miles de toneladas. Ahora que algunos acaban su vida útil, como ha pasado en la provincia de Burgos con algunos instalados hace quince años, nos estamos empezando a encontrar que la empresa, como son pequeños y no tiene ningún interés por ellos, está dejando que colapsen; es decir, se acaban derrumbando y ahí tienes de repente una montaña de escombros y residuos que nadie tiene interés en recuperar. Y los problemas que tienes cuando cubres el suelo con hormigón, porque van sobre unos cimientos muy grandes, el suelo se acidifica y se pierde materia viva con lo cual es mucho más difícil recuperar los terrenos sin hacer una actuación a mano. Se tardarían siglos, es como si tuvieras una zona de roca pelada. Es un tema complicado.

En León nos pasa una cosa muy extraña: las empresas que fabrican palas eólicas como Vestas, que cerró, o LM en Ponferada que echa empleados en plena invasión de solicitudes de macroproyectos de este tipo en España; es decir, cuando tendrían trabajo garantizado durante años. ¿Aquí qué narices pasa?

Bueno, el problema de Vestas es de viabilidad económica desde hace bastante tiempo. El gran problema de todo esto es que ‘se vendió la piel del oso antes de cazarlo’. Ahora estamos entrando en una fase nueva. Cierto es que Vestas tomó decisiones estratégicas equivocadas, pero el gran problema de todas estas industrias es que dependen de recursos para fabricar que, de repente, se han vuelto escasos. El gran problema ahora mismo es que no son capaces de asumir los costes energéticos de los materiales que tienen, porque todos estos proyectos que se venden como la panacea estaban un poco justitos a nivel de rentabilidad cuando balanceas esos costes y la energía que se necesita para su instalación. Y resulta que claro, ahora con los problemas que hay con la cadena de suministros global intentemos obviarlos.

«Los macroparques de la primera gran ola de hace unos diez años se ha comprobado que no generan empleo; al final se mantienen con muy poco personal y además ni siquiera es de allí. Es todo lo contrario, se vende el tocomocho como tantas veces se ha hecho en León. Cuántas veces hemos visto que si Biomédicas, que si la Escuela de Pilotos… es siempre el mismo rollo, y la gente pica. Está claro, es mantener un modelo extractivo, León se ve como un recurso a explotar: somos una colonia. Eso es lo que somos»

Es que uno de los problemas curiosos que tendremos los próximos años es que se ha vendido la moto de que vamos a ser capaces de hacer esta transición cuando a lo mejor ahora ya es físicamente imposible, y eso incluso puede ser lo peor porque te vas a encontrar que van a instalar con materiales más sencillos, que son el hormigón y el acero, y cuando quieran acabar de montar el aerogenerador no van a poder porque le faltan los otros materiales que se requieren y van a quebrar antes. Con lo cual generas la parte principal del daño ecológico y ambiental sin tener ni siquiera el retorno de la electricidad producida. Estas industrias están muy comprometidas, la clave es el coste energético y de materiales que ya no se pueden permitir y este problema les está pasando ya a todas. Gamesa tampoco va muy bien. Va a ser interesante seguirlo, con un poco de suerte es que revienten ya de una puñetera vez y que por lo menos no se de un paso más adelante y nos quedemos con decenas de macroparques sin producir. Pero bueno, una cosa son las empresas que producen los sistemas y otra cosa son los que los instalan. Y aquí también en Cataluña tenemos un problema parecido y las empresas de ingeniería están como locos dispuestos a hacer lo que sea y si van quebrando estas empresas buscarán otras. No sé, ya veremos en qué acaba.

«Lo del hidrógeno es una cosa peligrosísima, casi de alta traición por parte de los políticos españoles»

Cambiando de tercio, una de las cosas que se suele comentar en la Redacción de ILEÓN es que la invasión de macroproyectos eólicos y macrogranjas solares esconde un terrible secreto: que se utilizarán para crear lo que llaman ‘hidrógeno verde’ y no para la producción de energía eléctrica para los hogares y los ciudadanos. Ante esta cuestión, altamente debatida entre los redactores de este digital, había que incidir en esa cuestión ante un experto de esta relevancia. Más cuando es de aquí.

La clave parece ser tener energías renovables para generar hidrógeno, no para que la consuman los ciudadanos. ¿Es más una trampa que una política de buenas intenciones la Transición Energética planteada de esta manera?

Mira, lo del hidrógeno es una cosa peligrosísima. Efectivamente es la clave de todo. La Red Eléctrica tendría que reforzarse de una manera increíble para poder acoger los 58 gigavatios de potencia que se quiere instalar en España de aquí al 2030. Red Eléctrica tiene planes, pero no entra todo, no cabe. Además integrar todos estos sistemas trae unos problemas y unas complejidades de gestión monstruosas que esto sí que nos podría llevar a un gran apagón como el que se plantea en Alemania o Austria. En este sentido creo que a nivel de Red Eléctrica van a ser reticentes a ir conectando a la red todos estos sistemas porque generan mucha inestabilidad. Este problema en Alemania ya hace tiempo que lo tienen identificado. Ellos ya han visto que hay que buscar otro vector energético donde guardar la energía que no sea la electricidad para no crear problemas a nivel de la red. Y ellos de hace tiempo que han decidido que la solución es el llamado ‘hidrógeno verde’.

Ahora que algunos parques eólicos acaban su vida útil nos estamos empezando a encontrar que las empresas no tiene ningún interés por ellos y deja que colapsen, se acaban derrumbando y ahí tienes de repente una montaña de escombros y residuos que nadie tiene interés en recuperar. Y los problemas que tienes cuando cubres el suelo con hormigón, porque van sobre unos cimientos muy grandes, el suelo se acidifica y se pierde materia viva con lo cual es mucho más difícil recuperar los terrenos y se tardarían siglos porque es como si tuvieras una zona de roca pelada. Y si las placas solares se rompen sus residuos de cristal son altamente tóxicos»

¿Qué pasa con esto? Esencialmente es descomponer una molécula de agua (H20) utilizando electricidad de origen renovable [una electrolisis que no utilice otras fuentes energéticas fósiles o nucleares y así parezca que compensa medioambientalmente]. Pero el proceso es muy ineficiente. Si tú produces hidrógeno con la intención de utilizarlo después para quemar únicamente para proceso industrial como las cementeras o las fábricas de cerámica o donde se necesita la pérdida de la conversión de energía renovable en hidrógeno es alrededor del 50%, que no está mal ya  (se ríe nerviosamente), pero tiene un pase. Pero si lo quieres aprovechar para motores porque hay un problema global de escasez de diésel desde 2015, ya que la producción mundial que es un 15% inferior a entonces y se está acelerando la caída, para mantener el sistema de camiones y transporte (que es en lo que están pensando allí) necesitas usar el hidrógeno para los vehículos pesados, pero es que su rendimiento en motores aún mucho más bajo: se aprovecha el 10% de toda la energía inicial o menos. Entonces ahí hay un desperdicio monstruoso. España no podría sustituir todos sus sistemas de transporte únicamente utilizando el potencial renovable que tiene si lo dedica todo al hidrógeno, y Alemania, por supuesto tampoco. Si tú miras la estrategia europea del hidrógeno, el documento oficial de la Comisión Europea, puedes comprobar que ahí se reconoce que Europa nunca se va a poder autoabastecer de hidrógeno verde y que por tanto es muy importante la firma de acuerdos con países limítrofes. Y ahí tenemos a Alemania haciendo acuerdos con Marruecos, con Chile que muy limítrofe no es, pero bueno, e instalando una presa en el Congo con la intención de exportar ese hidrógeno en Europa. Pero en el corto plazo de donde va a sacar Alemania ese hidrógeno es de nosotros, de España. De hecho ya ha habido algún ministro alemán que ha dicho que los países del Sur de Europa tienen que ser solidarios con el norte europeo y tienen que poner el hidrógeno a su disposición.

¿España como una colonia energética de Alemania? ¿A eso nos abocan nuestros políticos?

Somos tan absolutamente estúpidos que nos abrazamos a la fe de nuevos conversos que van a crearse un montón de macroproyectos que no van a entrar a la red y que sólo van a servir para producir hidrógeno y como aquí no tenemos esa capacidad para aprovecharlo, porque no estamos haciendo las adaptaciones necesarias porque ya se cuida bastante Alemania de acaparar los materiales especiales que se necesitan, que al final lo pondremos en el mercado, como suelen decir, y al final todo nuestro hidrógeno se irá a Alemania. Y como la sed de hidrógeno germana será enorme, lo que va a hacer es pedirnos más y más. Las Eléctricas tendrán pingües beneficios exportándola. Con lo cual se producirá un proceso de succión energética de España. Este tema del hidrógeno es peligrosísimo y nuestros políticos están completamente desorientados sobre el tema. No entienden el movimiento que se produce y esto nos va a convertir a España en una colonia energética de Alemania y es que encima aplauden con las orejas.

«Este tema del hidrógeno es peligrosísimo y nuestros políticos están completamente desorientados sobre el tema. No entienden el movimiento que se produce y esto nos va a convertir a España en una colonia energética de Alemania y es que encima aplauden con las orejas. Es una cosa absolutamente increíble y alucinante, no entiendo cómo no se dan cuenta de esto. O bueno, igual sí que se dan cuenta y no dejan de estar al servicio de intereses económicos extranjeros. Esto creo que antiguamente se consideraba alta traición»

Es que es una cosa absolutamente increíble y alucinante, no entiendo cómo no se dan cuenta de esto. O bueno, igual sí que se dan cuenta y no dejan de estar al servicio de intereses económicos extranjeros. Esto creo que antiguamente se consideraba alta traición. Una de las cosas que se va a ver durante los próximos años es que podremos ser la Unión Europea, pero en el fondo los países europeos cada vez más van a competir entre ellos, lo que se verá este invierno con el tema del gas natural. Vamos a ver qué pasa en España con la garantía del suministro y a ver si no le roban gas Alemania o Francia. Vamos a una situación muy curiosa y en ese sentido hay una trama detrás del hidrógeno verde muy peligrosa, muy fétida, muy oscura e incluso con elementos de alta traición.

«Los leoneses deben resistir a toda costa, el futuro es preservar la riqueza natural de León»

Es hora de terminar la entrevista y hay que preguntar sobre lo que los leoneses debemos de hacer ante tamaña invasión de macroproyectos de Transición Energética, que está creando mucha alarma en las zonas rurales, con pueblos que se pueden ver rodeados de millones de placas solares, lo que impilica la pérdida de las tierras agrícolas y, lo que es peor, del paisaje; pero que no está calando tanto en los ciudadanos de sus pequeñas ciudades como debería. Sólo unas pequeñas plataformas están al tanto de lo que puede llegar a ocurrir, pero todavía no ha habido una gran manifestación contra el plan de las Eléctricas de hacer un pingüe negocio destrozando montes e inundando campos de espejos. Antonio Turiel lo tiene meridianamente claro, León se juega su futuro y el de las generaciones venideras; aunque tiene una oportunidad de superar la crisis del decrecimiento si resiste este embate.

¿QUÉ LES DICES A LOS LEONESES RESPECTO A ESTA AMENAZA QUE SIENTEN ANTE LA INVASIÓN DE MACROPROYECTOS CADA DÍA? ¿ALGÚN CONSEJO?

[Se lo piensa durante unos segundos…]

Que resistan. Hay una cosa que es evidente: hay que preservar los valores naturales porque nuestra supervivencia a largo plazo va a depender de esto. De la capacidad que tengan los ecosistemas de soportar a la población. Esta locura en la que estamos inmersos pasará. El momento en que estamos viviendo se parece mucho a la caída del Imperio Romano. Es un proceso de decadencia, de intentar mantener lo que no se puede mantener porque es imposible. Cuando todo el polvo del derrumbe de la Sociedad Industrial tal y como se ha concebido los últimos cien o doscientos años se acabe por asentar tendremos que construir algo nuevo. Y este algo nuevo va a depender de los recursos naturales, es que no puede depender de otra cosa. Entonces es muy importante que tengan paciencia, que resistan, que comprendan que están luchando por ellos y por las generaciones futuras y que, además, que sepan que tienen la razón: lo que hay que hacer es preservar esto porque esto, nuestro futuro, el de la especie humana, depende básicamente de que seamos capaces de preservar esto. Estamos en un momento que es absolutamente demencial. Una cosa que a mí me preocupa mucho en este momento actual es que debido a los altos precios del gas se están cerrando fábricas de fertilizantes por toda Europa y por todo el mundo; eso es terrible, China ya no exporta fertilizantes y es que ahora hacemos los trabajos agrícola de invierno… ¿Y qué fertilizante vamos a poner? Esto va a producir un impacto enorme en la próxima cosecha de cereal, muy grande a escala mundial. Y esto va a producir un encarecimiento de los piensos sobre todo para ganado y del precio de la alimentación. Y entonces dices, al final, la mejor manera de ir afrontando esto es ir recuperando prácticas antiguas de cultivo, barbecho este tipo de cosas que se hacían antes pero no puedes pasar de una manera de hacer a la otra de golpe. Es un proceso que lleva un tiempo. Este tipo de cosas esconden unos riesgos enormes: la mejor manera al final de protegernos de ellos es con la preservación de un espacio biodiverso, de un espacio natural protegido, que favorezca su propio ciclo del agua. Por eso es tan importante preservarlos, porque biorregulan, consiguen que el clima local sea más benigno, que tú tengas una cierta garantía en recursos hídricos y demás. Es fundamental lo que haga la gente de León y del resto del territorio por preservar el espacio natural es absolutamente fundamental porque es que al final la supervivencia a largo plazo va a depender de eso, de lo que se haga ahora.

León decrece a marchas forzadas, la Economía, la población… está a punto de colapsar, desaparecer casi prácticamente. Se cree que en veinte años nos vamos a quedar en menos de 300.000 habitantes y estamos en unos 450.000. ¿Es un buen laboratorio socioeconómico para probar nuevas estrategias de ese decrecimiento del que tanto hablas? ¿Qué podemos aprovechar en León ideológicamente? ¿Podremos ser capaces de liderar el pensamiento del decrecimiento, porque no nos queda más remedio que afrontarlo?

Difícil de decir, porque también el problema que hay es que en León lo que va quedando es gente con una alta edad. Cada vez tenemos menos jóvenes. Y eso es un drama. Es la historia de mi vida, yo me fui de León porque no tenía oportunidades para trabajar aquí y al final me vine a Gerona. Cuando yo nací las dos provincias tenían prácticamente la misma población. De hecho León era un poquito más grande con algo más de medio millón y Gerona menos. Hoy tiene 650.000 y León ya sabes dónde está. Es complicado. León tiene una serie de aspectos que la hacen un lugar idóneo para intentar hacer ese tipo de transformación y ese tipo de cambios. Para empezar tiene un gran patrimonio natural. Es una provincia que tiene buenos recursos hídricos, que tiene una buena masa boscosa, que tiene diversidad del territorio. Tiene un clima que es duro, sobre todo en invierno, pero que ahora justamente por el cambio climático se está atemperando. Los inviernos de ahora no son como cuando nosotros éramos niños. En ese sentido está relativamente bien, además por su posición mesetaria, y las montañas que tiene, queda bastante protegida de los problemas gordos que la gente no es consciente que vamos a tener durante los próximos años, que es la concurrencia de tempestades de carácter muy fuerte y huracanado en algunos casos lo que va a asolar el litoral español por todo los lados además. Entonces León es un sitio casi como un fortín, con una posición idónea.

«León es un sitio ambientalmente casi como un fortín, con una posición idónea. Yo creo que puede ser un buen sitio para intentar la regeneración tras esta crisis mundial por sus características naturales; tiene buenas perspectivas si conseguimos que no lo destruyan antes física y humanamente»

Yo creo que León puede ser un buen sitio para intentar la regeneración ya por sus características naturales. Ahora si ya hablamos de las características sociales, piensa que hace mucho tiempo que no vivo allí y no soy muy consciente de lo que hay, yo conozco la cultura de León, soy hijo del pueblo de León y creo que hay ciertos valores tradicionales que pueden ser muy útiles si son capitalizados de cara a lo que es preciso construir. Y en particular sobre todo lo que hablábamos, si la gente tiene claro que lo que tiene que hacer es la preservación del espacio natural a toda costa eso puede ser muy útil. Además todo acabará cayendo por su propio peso y, al final, pues habrá sitios como León que por sus características tienen realmente una segunda oportunidad de prosperar de una manera que no implique un crecimiento económico. Sino de una manera que lo que implique es un equilibrio con sus recursos. Y como es rico en recursos que son la tierra de labor y el agua, León tiene buenas perspectivas si conseguimos que no lo destruyan antes física y humanamente porque también es importante que no haya una destrucción de la población.

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