La Unión Europea ya ha presentado un año, 2035, como el máximo para abandonar la combustión tradicional y transformar la movilidad a un mundo eléctrico. Sin embargo, Bosch apunta en un informe que las cero emisiones solo serán posibles sumando también los combustibles sintéticos.
El pasado mes de julio, la Unión Europea ponía fecha al cese de la combustión en el Viejo Continente. 2035 es el año tope para este sistema de propulsión obligando a las marcas a reconvertir su modelo de negocio a los coches eléctricos, por lo que todos los nuevos que salgan a partir de ese año solo podrán ser eléctricos o de hidrógeno.
Por ahora, el año no es definitivo, es una propuesta y tiene mucha pinta de que los 27 países miembros no votarán por ese año, en apoyo a una industria que ha ido oficializando cuándo se electrificarán por completo. Lo cual no quita que sigan vendiendo híbridos enchufables más avanzados si se estira el plazo. El comisionado de transporte ha sido muy claro, eléctricos y de hidrógeno, sin ni siquiera valorar los combustibles sintéticos.
Los combustibles sintéticos pueden reducir las emisiones en el parque móvil actual
Esta tecnología tiene muchos partidarios, pues también está exenta de emisiones, y Bosch también. En el marco del reciente 15º Diálogo sobre el automóvil de Berlín, que fue organizado hoy por la Asociación Central de la Industria Alemana -ZDK- se ha puesto de manifiesto que el motor de combustión definitivamente tiene futuro, pero solamente con los llamados combustibles «climáticamente neutros». Los sintéticos en los que trabaja Porsche, Bentley, McLaren y Mazda.
El gran problema es su elevado precio actualmente, pero es debido a la falta de capacidad de producción, por lo que se antoja una reducción significativa con una infraestructura suficiente a gran escala. Esta es la dirección que marcan los responsables de la «eFuel Alliance», con Ralf Diener al frente, quien apuesta por «incidir en el marco político para que la generación de combustible neutro para el clima también se convierta en un modelo de negocio viable para los proveedores». En resumidas cuentas, exigir a la Unión Europea una regulación en esta materia. Porque, Alemania, uno de los grandes defensores, no está dispuesta a tirar la toalla.
El gran problema es que alcanzar los objetivos climáticos en Europa es tan complicado como imposible. Björn Noack, Director de Estrategia de Movilidad Sostenible de Bosch, ha señalado la importancia de los combustibles sintéticos para la consecución de los objetivos, explicando que «hasta 4/5 partes de los coches matriculados en la carretera seguirán equipados con un motor de combustión interna en 2030. Estos vehículos viejos requieren alrededor de 200 millones de toneladas de combustible al año, por lo que se puede reemplazar gradualmente esta cantidad por combustibles sintéticos». El gigante de los componentes ya cuenta con un combustible artificial y neutro, aunque todavía tiene que investigar más, después de las críticas recibidas por su alto contenido en aceite de palma.