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Bruselas da más margen al automóvil para cumplir con los objetivos de emisiones de CO2

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Los fabricantes de automóviles respiran desde hoy más tranquilos. Todo ello debido a que la Comisión Europea ha flexibilizado los plazos para cumplir con los objetivos de emisiones de CO2. Así, si en el presente ejercicio los fabricantes no podían exceder los 93,6 gramos por kilómetro de CO2 en sus flotas comercializadas en el Viejo Continente, ahora dispondrán de tres años para lograr estos objetivos. Esto iba a suponer al automóvil sanciones de hasta 15.000 millones de euros en el presente ejercicio.

En un paquete de medidas, que se detallarán el próximo 5 de marzo, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha apuntado que propondrá una enmienda específica al Reglamento sobre estándares de CO2. No cambian los objetivos, sino los plazos. Si antes disponían de un ejercicio, ahora tendrán un trienio para lograrlos. «Significa más margen de maniobra para la industria y más claridad, y sin cambiar los objetivos acordados. Estoy segura de que una enmienda tan específica podría ser aprobada rápidamente por el Parlamento Europeo y el Consejo. Porque, por supuesto, solo tiene sentido si se aprueba rápidamente», ha detallado la mandataria alemana.

Von der Leyen ha destacado que «por un lado, necesitamos previsibilidad y equidad para los pioneros, aquellos que hicieron bien sus deberes. Eso significa que tenemos que ceñirnos a los objetivos acordados. Por otro lado, tenemos que escuchar las voces de las partes interesadas que piden más pragmatismo en estos tiempos difíciles y neutralidad tecnológica». Entre los que más cerca estaban de lograr los objetivos está el grupo Stellantis, mientras que el Grupo Volkswagen se encontraba con más dificultades a la hora de conseguirlos.

No es la única medida, dado que también ha señalado que desde Bruselas se prepararán para acelerar el trabajo de revisión de 2035, año en el que la Comisión pretende que no se comercialice ningún modelo de combustión en el Viejo Continente. Ahora, Bruselas añade la neutralidad tecnológica como «principio central».

Desde las patronales europeas de fabricantes de vehículos (Acea) y proveedores de automoción (Clepa) han apuntado que este alivio «es un primer paso en la dirección correcta», al tiempo que han apuntado que «un mayor apoyo a los vehículos autónomos y a la cadena europea de suministro de baterías también son signos positivos».

Ola Källenius, presidente de Acea y consejero delegado de Mercedes-Benz, ha aseverado que «la transición hacia la movilidad de cero emisiones y una industria automovilística próspera de la UE deben avanzar juntas, pero esto no es negociable. Apreciamos el enfoque en acelerar el despliegue de la conducción autónoma y las medidas de alivio de CO2 propuestas para 2025 para turismos y furgonetas». No obstante, el directivo alemán ha afirmado que la cuestión fundamental a resolver es «¿cómo trazamos el rumbo hasta 2035 con la flexibilidad y el pragmatismo necesarios para que esta transición funcione?».

Desde la patronal de concesionarios españoles (Faconauto) han asegurado que esta flexibilización «debe servir para cimentar un nuevo impulso para la industria y la distribución oficial, permitiendo que el sector opere al ritmo de sus posibilidades, sin renunciar a objetivos compartidos, pero evitando que el camino hacia ellos frene inversiones».

Alianzas para impulsar la conducción autónoma

No ha sido el único punto que ha puesto encima de la mesa von der Leyen. La presidenta de la Comisión también ha señalado que «necesitamos un gran impulso en el software y hardware para la conducción autónoma». Para ello, la Comisión creará y se apoyará en las alianzas industriales. De esta manera, las empresas podrán poner en común recursos, como el desarrollo de software, chips y tecnología de conducción autónoma.

Todo ello con el objetivo de no quedarse atrás ante una competencia feroz por parte de las marcas procedentes de China, las cuales están más avanzadas que el resto en el desarrollo de la cadena de valor del vehículo eléctrico, sino también en el software. Para von der Leyen el objetivo es muy simple: «tenemos que poner vehículos autónomos en las carreteras de Europa más rápido».

Ayudas directas a los productores de baterías

Además, Bruselas ha reconocido que las cadenas de suministro europeas han de ser «más sólidas y resistentes, especialmente en lo que respecta a baterías». A día de hoy China domina por completo la cadena de valor de fabricación del vehículo eléctrico. No obstante, von der Leyen ha reconocido que hay un desafío importante. Y es que pese a que la producción europea está en proceso de incrementarse, las baterías importadas de China son más baratas.

Pese a esta vicisitud, Bruselas estudiará la posibilidad de brindar apoyo directo a los productores europeos de baterías. Esta situación ya se produjo a comienzos del año pasado, cuando desde la Comisión Europea se dio el visto bueno a una ayuda estatal alemana por valor de 902 millones de euros a la compañía sueca Northvolt, todo ello con el objetivo de evitar una deslocalización a Estados Unidos. De esta manera, Bruselas introducirá gradualmente unos requisitos para las celdas y los componentes de las baterías, al tiempo que reducirán la burocracia.

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