El Pleno del Parlamento Europeo ha dado un paso más para aprobar los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de CO2, dando su visto bueno final al acuerdo alcanzado por el Consejo, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo en enero sobre las normas de emisiones de CO₂ para los vehículos pesados (HDV) nuevos (camiones y autobuses).
El nuevo reglamento de reducción de emisiones para vehículos pesados, camiones y autobuses mantendrá el aumento de objetivos de reducción de CO2 establecidos en la propuesta de la Comisión Europea, ya ratificados por el Consejo Europeo, es decir, pasar del 30% al 45% en 2030, 65% en 2035 y 90% en 2040 para vehículos pesados. Por su parte, para autobuses urbanos, se fija un objetivo del 100% hasta 2035, y un objetivo intermedio del 90% para esta categoría en 2030.
Asimismo, el texto acordado amplía su alcance para casi todos los vehículos pesados nuevos con emisiones de CO2 certificadas (incluidos camiones pequeños, autobuses urbanos, autocares y remolques). De igual manera, se ha adelantado la fecha de revisión del Reglamento a 2027, un año antes de lo propuesto por la Comisión, pero sin monitorización anual y sin un enlace robusto al marco de condiciones habilitantes de infraestructura de recarga y suministro de combustibles alternativos de acceso público. Esto es, los objetivos para los fabricantes se fijan sin un vínculo directo a que las condiciones habilitantes necesarias para su logro (disponibilidad de recarga y repostaje, ETS para transporte, etc.) estén implantadas o no.
Para esta revisión de 2027 se ha incluido también una evaluación por parte de la Comisión del papel del factor de corrección de carbono (CCF) en la transición hacia la movilidad de cero emisiones en el sector del transporte pesado. Igualmente, en la revisión de ese mismo año está previsto que se evalúe una metodología para evaluar los vehículos pesados que funcionen exclusivamente con combustibles neutros en CO2.
Sin embargo, para la IRU, se ha perdido una gran oportunidad de mantener una neutralidad tecnológica, ya que si bien la legislación marca un paso significativo hacia la reducción de las emisiones de CO₂ de los vehículos pesados, las enmiendas propuestas para introducir la definición de combustibles neutros en carbono y establecer una metodología para registrar vehículos propulsados exclusivamente por dichos combustibles no fueron adoptadas. Estas enmiendas tenían como objetivo tener en cuenta los vehículos que funcionan con combustibles neutros en carbono, lo que marca un paso crucial hacia la descarbonización del transporte por carretera, según la asociación europea.
La directora de Defensa de la UE de IRU, Raluca Marian, ha afirmado que: “Es decepcionante que el texto final no reconozca la neutralidad tecnológica y una amplia gama de combustibles alternativos que permitirían al sector del transporte por carretera descarbonizarse de manera efectiva. El sector de movilidad y logística de la UE necesita una amplia gama de opciones tecnológicas para satisfacer sus diversos requisitos operativos”.