Arabia Saudí comienza a aplicar descuentos y prevé incrementar la producción por encima de 10 millones de barriles diarios.
Caída histórica del petróleo. La voladura de la alianza de productores que ha sujetado los precios durante los últimos años ha llegado a hundir un 29% el precio del barril de Brent hasta los 33 dólares, el mayor descenso desde 1991. El viernes, el barril de Brent ya cayó un 9% pero las rebajas de precios aplicadas por Arabia Saudí durante el fin de semana, que se han considerado una declaración de guerra en el mercado, han agudizado el nerviosismo. No obstante, a media mañana los descensos se han moderado hasta el entorno del 22% y los 35 dólares por barril. En el caso del WTI, referencia en los mercados de EE UU, la caída también alcanzó el 31,6% y el barril llegó a situarse en los 28 dólares, aunque ahora cede un 22% hasta los 32 dólares.
El mercado está cotizando una guerra abierta entre los productores tras la ruptura de la alianza llamada OPEP+, que incluya la OPEP y Rusia. Tras rechazar Moscú el recorte adicional de producción (1,5 millones de barriles diarios) propuesto por la OPEP, liderada por Riad, Arabia Saudí comenzó el sábado a aplicar fuertes descuentos en las ventas en los mercados internacionales, con el fin de atraer a los principales compradores del mundo. El reino aspiraba a un acuerdo que blindara los precios de la caída de la demanda asociada al coronavirus.
Fuentes del Gobierno saudí dijeron a Reuters y Bloomberg que el reino tiene intención de aumentar la producción a partir de abril, cuando vence el actual contrato de limitación de la OPEP+. Arabia Saudí, con capacidad para elevar la producción de forma sencilla y barata, prevé aumentar el bombeo, actualmente en 9,7 millones de barriles diarios, hasta 10 millones, pudiendo llegar en los próximos meses a su máximo de 12 millones de barriles al día. Un alza (2,3 millones) equivalente al consumo de toda Alemania.
Cada vez que Riad ha abierto el grifo, el precio del petróleo se ha desplomado: cayó un 66% entre 1985 y 1986, y a finales de los años 90 bajó de los 10 dólares. Según Reuters, Arabia Saudí ya ha recortado durante el fin de semana sus precios de venta oficiales para abril para todas las calidades de crudo y para todos los destinos entre seis y ocho dólares por barril. Falta por conocerse la reacción de Rusia, que tendrá que recortar precios y aumentar la producción para hacer frente al órdago saudí.
La decisión saudí ha provocado un seísmo en los mercados internacionales, que va mucho más allá de la caída puntual de la cotización. El precio futuro del petróleo Brent en mayo está en 14,25 dólares por barril. Los mercados de valores están desplomados, con caídas del 5% en los futuros de Estados Unidos y Europa. Divisas como la corona noruega o el peso mexicano se han desplomado, mientras el yen japonés se dispara más del 2,5% en su condición de valor refugio. La deuda cae a plomo, con descensos de 25 puntos básicos en el rendimiento del bono de EE UU. Además, las empresas petroleras han mostrado desplomes históricos: la china CNOOC o la australiana Santos han bajado el 20%.
Los analistas prevén que el desplome de los precios lleve el precio del Brent por debajo de los 20 dólares, tal y como han anticipado hoy Goldman o Citi. Una caída que va a poner a prueba la capacidad de producción de las petroleras que usan fracking en Estados Unidos, muchos de cuyos pozos dejarán de ser rentables, pero que también puede forzar a saudís y rusos, cuyo presupuesto público depende en gran medida del crudo, a sentarse a la mesa. Mientras, el mercado lidia con una combinación de fuerte caída de la demanda y un repentino aumento de la oferta cuya violencia pocas veces se ha visto.
Goldman Sachs ha rebajado sus previsiones de precios del Brent para el segundo y tercer trimestre del año hasta situarlo en 30 dólares por barril, citando la guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudí y el descenso significativo en la demanda de petróleo debido al coronavirus, una epidemia que ha causado 3.500 fallecimientos a nivel mundial.