La Unión Europea se compromete a convertirse en el primer bloque climáticamente neutral del mundo para 2050. Esto requiere una inversión significativa tanto de la UE como del sector público nacional, así como del sector privado. El Plan de Inversión del European Green Deal o Acuerdo Verde Europeo, el Plan de Inversión de Europa Sostenible, presentado el pasado 14 de enero movilizará la inversión pública y ayudará a desbloquear fondos privados a través de instrumentos financieros de la UE, lo que generaría al menos 1 billón de euros de inversiones.
Si bien todos los Estados miembros, regiones y sectores deberán contribuir a la transición, la magnitud del desafío no es la misma. Algunas regiones se verán particularmente afectadas y sufrirán una profunda transformación económica y social. El Mecanismo de Transición Justa (JTM por sus siglas en inglés) proporcionará apoyo financiero y práctico a medida para ayudar a los trabajadores y generar las inversiones necesarias en esas áreas.
Esto supone, tal y como ha indicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que la mitad del efectivo provendría del presupuesto de la UE. Los gobiernos nacionales también contribuirían con 100 mil millones de euros, con 300 mil millones del sector privado.
Otros 7,5 mil millones de € provendrían del propio presupuesto de la UE para 2021-2027 para actuar como financiación inicial para apalancar otros 100 mil millones de euros en inversión.
“La transformación que tenemos por delante no tiene precedentes. Y solo funcionará si es justa, y si funciona para todos”, dijo von der Leyen. “Apoyaremos a nuestra gente y a nuestras regiones que necesitan hacer mayores esfuerzos en esta transformación, para asegurarnos de no dejar a nadie atrás. El Green Deal viene con importantes necesidades de inversión, que convertiremos en oportunidades de inversión”.
Para ello el JTM asignaría efectivo en función de criterios específicos, como la cantidad de personas que trabajan en la minería del carbón o el gas de esquisto en una región determinada. La UE podría gastar dinero en ´recalificar´ a los trabajadores o ´invertir en nuevas actividades productivas´ lo que requerirá que los Estados miembros tendrían que presentar planes para reestructurar su economía en líneas bajas en carbono, que tendrían que ser aprobadas por la Comisión.