Las petroleras independientes han dado la voz de alarma. Los pequeños operadores (Disa, Bonarea, Meroil, Q8, GM Fuel, Dyneff, Adia y Axoil) se preparan para afrontar la puesta en marcha de una nueva normativa de biocarburantes que puede poner en jaque su propia presencia en el mercado al reducir los porcentajes de utilización de aceite usado de cocina hasta el 1,7%.
La Unión de Petroleras Independientes ha pedido al Gobierno una mayor flexibilidad en su aplicación de modo que no se limite el uso de estos aceites para evitar un incremento de entre 350 y 400 millones de euros al año en los precios de los carburantes que se trasladarían directamente al consumidor.
El Ministerio de Transición Ecológica ultima ya el Real Decreto que limitará estos biocarburantes llamados de primera generación, es decir, los procedentes de cultivos alimentarios y forrajeros, y los fabricados a partir de aceite usado de cocina para impulsar el consumo de los de nueva generación de origen no biológico (HVO).
Esta medida, tal y como asegura la Unión de Petroleras Independientes, supondrá que ante la falta de producción en nuestro país se tengan que hacer frente a unos pagos compensatorios por incumplir los niveles requeridos en las mezclas, así como arriesgarse a importantes sanciones por los problemas que podrían afrontar para cumplir estas nuevas obligaciones, ya que indican que no dispondrán del llamado HVO al mismo coste.
Las petroleras cuentan además con el apoyo de la CNMC que, en su Informe sobre el Proyecto de Real Decreto, pide que la limitación a los biocarburantes de primera generación se vaya imponiendo de manera gradual, en función de la disponibilidad de los avanzados en el mercado, solicitando cuanto antes a la Comisión Europea la autorización para modificar este límite del 1,7% para contar con la necesaria cobertura legal.
La Directiva pretende la progresiva sustitución por biocarburantes avanzados y por combustibles renovables de origen no biológico, que aún no son una plena realidad en el mercado. Ante esta situación, la Comisión permite a los Estados miembro que vayan limitando el uso como carburante de aceites reciclados de manera gradual al ritmo de la disponibilidad de estos nuevos productos.
UPI considera que desechando esa flexibilidad, el Gobierno pretende restringir innecesariamente el reciclaje de aceites lo cual hará que, para cumplir su obligación de mezcla con biocarburantes, los operadores mayoristas tengan que recurrir al HVO, un biocarburante que en España sólo fabrican Repsol y Cepsa en combinación con su producción convencional.
La Comisión además acaba de establecer una vigilancia a las importaciones de estos productos para no dañar a los fabricantes europeos. Las importaciones en la Unión Europea de etanol renovable aumentaron un 512% entre los años 2017 y 2019, al pasar de 87.600 toneladas a 536.200 toneladas. Según los datos que maneja Bruselas, el consumo estimado de etanol renovable para combustible aumentó un 10% entre 2017 y 2019, al pasar de 3,9 millones de toneladas a 4,3 millones de toneladas. Sin embargo, la producción mundial pasó de 80,6 millones de toneladas a 87,5 millones.