- Estos combustibles están producidos de manera sintética, por lo que son 100% limpios y sostenibles.
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Las alternativas a los coches de combustión fósil están ya más que conocidas y reconocidas. Eléctricos, híbridos, de pila de hidrógeno… Pero hay otro elemento en esta ecuación de la movilidad sostenible que reúne todos los requisitos necesarios para ser un gran competidor de los motores sostenibles. Se trata del e-fuel.
Los carburantes sintéticos o e-fuels son combustibles líquidos, similares a los hidrocarburos comunes como la gasolina o el diésel, pero a diferencia de estos no proceden de fuentes de energía fósiles. Algunos fabricantes, como Audi, se han unido en el desarrollo de motores que funcionen con este tipo de combustibles alternativos por sus numerosas ventajas.
Entre algunas de ellas se puede citar la mejor eficiencia en el quemado del combustible en el motor y una mayor pureza al estar fabricados de manera artificial, lo que reduce la necesidad de inyectar aditivos al carburante. Igualmente, su calidad no varía dependiendo del lugar de origen ya que todos están fabricados, por así decirlo, en laboratorio.
¿Cómo se obtiene el e-fuel?
Los e-fuels se producen a través un proceso químico en el que interviene el hidrógeno, un elemento ya utilizado en motores de automóviles que se genera muchas veces como materia residual de otros procesos productivos. Las energías que se utilizan para la fabricación del e-fuel son renovables, como se puede observar en el siguiente diagrama. Además de hidrógeno, también se utiliza CO2 (teniendo en cuenta que una quinta parte de las emisiones de CO2 provienen de los vehículos de combustión fósil) para generar estos carburos sintéticos.
Ya hay en marcha varios proyectos de desarrollo de e-fuels en grandes cantidades, suficientes para poder abastecer a los vehículos de manera regular. Noruega y Alemania, por el momento, lideran está carrera que puede representar una alternativa sostenible real a los coches eléctricos ya que, a diferencia de estos, no tendrían el problema de la autonomía ni la necesidad de recarga. Los tanques de combustible se llenaría de manera convencional, igual que los fósiles, con la diferencia de que los carburantes sintéticos están producidos de manera sostenible y tampoco emiten emisiones.