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Repsol culpa a la «especulación verde» del alza de la luz y anticipa más subidas del gas y carburantes

La petrolera pide a Bruselas y al Gobierno que aumenten los derechos de emisión de CO2 para amortiguar el impacto de la actual crisis de precios.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, advirtió ayer del estado crítico en el que el actual precio de la electricidad está dejando a buena parte de la industria y avisó de que la situación es insostenible en el medio plazo. Lo dice el primer ejecutivo del grupo que más luz consume en España: el 1,3% del conjunto de la demanda del país.

En su opinión, el incremento del coste de la electricidad es la factura que deja la urgente carrera hacia la descarbonización emprendida por la Comisión Europea. Una carrera que se ha trasladado al mercado que fija el precio del CO2 para las empresas que operan en el continente. Bruselas y los gobiernos entregan cada año de forma gratuita una serie de derechos de emisiones de CO2 a distintas actividades económicas, pero esa cifra se va reduciendo progresivamente al ritmo que se supone las fábricas tienen que ir acompasando su descarbonización.

El problema surge cuando la industria no puede soportar ese ritmo y tiene que adquirir los derechos en el mercado. Los inversores financieros que operan en este mercado saben que la política en este caso va por delante de la realidad, por lo cual son quienes se hacen con estos derechos para luego revenderlos. El resultado es que el coste del CO2 ha pasado en un solo año de 27 euros por tonelada a los 61 que marca este mes de septiembre. «Hay que empezar a hablar de la especulación verde. Hay inversores y especuladores que, como saben que Europa va a ir a toda velocidad en la transición, compran esos derechos, y eso hace que el recibo de la luz suba», explicó ayer Imaz en una jornada sobre energía organizada por El Economista.

El sector eléctrico, y en concreto el de las centrales térmicas que generan luz a partir de gas natural, es uno de los que más derechos tiene que comprar en el mercado al no recibir ya ninguna asignación anual. Ese coste es trasladado en el precio de generación eléctrica, y acaba condicionando el recibo de millones de hogares y de empresas. «El alto precio del CO2 en Europa tiene consecuencias en la industria. La acerera, la química… no van a poder producir y se van a ir a China, Turquía o la India. Perdemos empleos industriales y en aquellos países acabarán emitiendo el mismo CO2. Europa sólo emite el 7% del CO2 en el mundo», destacó el directivo de la petrolera.

La solución puesta encima de la mesa por Repsol propone que en una crisis de precios elevados como la actual, la Comisión Europea y los países adheridos al mercado del CO2 -entre ellos España- entreguen más derechos para reducir su precio y contribuir a rebajar los costes energéticos. «Tenemos que diseñar una senda de descarbonización en Europa bajo el principio de eficiencia y bajo coste», concluye.

Gas y Carburantes, más caros en 2022

Josu Jon Imaz también aprovechó su intervención para avisar de que el nuevo Fondo para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico que tramita el Parlamento supondrá un encarecimiento inmediato del gas y de los combustibles tras su entrada en vigor. Este mecanismo tiene como objetivo sacar de la factura de la luz el coste de las primas que cobran las instalaciones renovables más antiguas y cargarlos sobre un fondo que financiarán las empresas energéticas. La mayor parte será asumida por las grandes petroleras y gasistas.

«Vamos a pasar de tener un problema con la electricidad, a tener tres: electricidad; gas (sólo en Castilla y León pagarán más de 200 euros al año más por el fondo); y el gasolinas», concluyó.

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