La presidenta de la Comisión Europea trata de mostrar a Europa abierta a los negocios en contraste con Estados Unidos y afirma que protegerá los “intereses y valores” europeos frente a Trump.
«Las reglas del juego entre las potencias mundiales están cambiando. No debemos dar nada por sentado. Y aunque a algunos en Europa no les guste esta nueva realidad, estamos preparados para afrontarla«, ha asegurado este martes Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, pocas horas después de que Donald Trump se haya convertido de nuevo en presidente de los Estados Unidos. La presidenta del Ejecutivo comunitario, vista como la más autorizada para responder al nuevo inquilino de la Casa Blanca, ha señalado que está dispuesta a “negociar” con Estados Unidos, pero que la Unión Europea va a defender sus “intereses y valores”.
La alemana ha desplegado en el Foro Económico Mundial celebrado en Davos (Suiza) su particular visión de optimismo estratégico respecto al lugar de Europa en el mundo, siguiendo la línea de las intervenciones que ha estado haciendo su ‘número dos’ en la Comisión Europea, la vicepresidenta ejecutiva Teresa Ribera. Von der Leyen ha evitado entrar al choque con el magnate y en su lugar se ha centrado en subrayar la idea de que Europa está abierta a los negocios con todos los países. Solamente al final de su discurso, y sin mencionar a Trump, la presidenta de la Comisión Europea ha asegurado que su “primera prioridad será hablar pronto, debatir los intereses comunes y estar dispuestos a negociar” con el que es uno de los socios más cercanos de la UE.
Pero Von der Leyen ha advertido a continuación: “Seremos pragmáticos, pero siempre mantendremos nuestros principios. Proteger nuestros intereses y defender nuestros valores, esa es la manera europea”. La otra referencia indirecta a Trump ha sido la reafirmación del compromiso europeo con los Acuerdos de París sobre el clima, del que anoche sacó a Estados Unidos el presidente republicano. “Europa mantendrá el rumbo y seguirá trabajando con todas las naciones que quieran proteger la naturaleza y detener el calentamiento global”, ha explicado la alemana.
La presidenta de la Comisión Europea —que ha defendido una agenda interior para los próximos cinco años con la que buscará aumentar la inversión privada, simplificar las normas dentro del Mercado Interior para las empresas europeas y reducir los precios de la energía— ha dedicado bastante tiempo a hablar de la nueva competencia global y ha asegurado que Europa puede competir. “Las principales economías del mundo compiten por el acceso a las materias primas, las nuevas tecnologías y las rutas comerciales mundiales. De la inteligencia artificial a la tecnología limpia, de la cuántica al espacio, del Ártico al Mar del Sur de China: la carrera ha comenzado”, ha explicado. Para eso ha expuesto una agenda para que Europa derribe barreras internas y haga crecer sus empresas. “Porque la escala continental es nuestra mayor baza en un mundo de gigantes”, ha apuntado.
Apertura a todos (incluso China)
Siguiendo la línea que ya tuvo este lunes en otro discurso Ribera, que insistió en que las empresas que busquen instituciones fuertes, marcos jurídicos claros, paz social y predictibilidad podían contar con la UE, Von der Leyen ha insistido en que “Europa está abierta a los negocios”. “Nuestro mensaje al mundo es sencillo: si hay beneficios mutuos a la vista, estamos dispuestos a colaborar”, ha asegurado la presidenta de la Comisión Europea.
No es casualidad que en las últimas semanas y meses el Ejecutivo comunitario haya cerrado acuerdos comerciales con el bloque de Mercosur —al que se oponen frontalmente los Gobiernos de Francia y Polonia, pero que desde Bruselas se ha indicado que es una necesidad política—, la modernización del acuerdo con México y también el pacto con Malasia. “Estos acuerdos se han estado gestando durante años o décadas. ¿Por qué se producen hoy? No solo porque Europa sea un mercado grande y atractivo, sino porque en Europa lo que se ve es lo que hay. Jugamos según las reglas. Nuestros acuerdos no tienen condiciones ocultas. Y mientras otros (una clara referencia a China y Estados Unidos) solo están interesados en exportar y extraer, nosotros queremos que las industrias locales florezcan en los países socios”, ha añadido Von der Leyen.
“A medida que se intensifica la competencia entre grandes potencias, veo un creciente deseo en todo el mundo de colaborar más estrechamente con nosotros”, asegura la alemana, que ha indicado que su primer viaje en 2025 será precisamente a India, un miembro de ese grupo de “poderes medianos” que ya no quieren participar de ningún bloque estable, sino moverse según sus intereses puntuales. Europa trata de hablar precisamente a esos socios.
Incluso en lo que representa un cambio de tono respecto a sus últimas intervenciones, Von der Leyen ha ofrecido a China un camino para reconducir las relaciones con la Unión Europea. La alemana y su círculo más cercano han endurecido mucho el discurso europeo hacia Pekín en los últimos años, pero ahora ha abogado por un discurso más centrado en los “beneficios mutuos” con el gigante asiático, ofreciendo incluso “profundizar la relación” incluso llegando a “ampliar nuestros lazos comerciales y de inversión” sin dejar de perseguir el objetivo de “reducción de riesgos” y de exposición de la economía europea a la china.
Un cuarto de siglo de cambio
Von der Leyen ha comenzado su discurso recordando las promesas de la globalización que tanto ha encarnado el propio Foro Económico Mundial de Davos. En aspectos económicos, esa globalización se ha producido. Pero no así la promesa política que lo acompañaba. “El orden mundial cooperativo que imaginamos hace 25 años no se ha hecho realidad. Por el contrario, hemos entrado en una nueva era de dura competencia geoestratégica”, ha lamentado la presidenta de la Comisión Europea, que ha pintado un cuadro de una feroz competencia tecnológica y económica entre Estados Unidos y China en la que se hace un uso coercitivo de muchos instrumentos económicos y comerciales. “A nadie le interesa romper los lazos de la economía mundial. Más bien necesitamos modernizar las reglas para mantener nuestra capacidad de producir beneficios mutuos para nuestros ciudadanos”, ha defendido.
La presidenta de la Comisión Europea, que en el resto del discurso ha trasladado un mensaje optimista, ha sido bastante dura a la hora de hablar de la situación en la que se encuentra la UE en este proceso. “El mundo está cambiando. Y nosotros también. En los últimos 25 años, Europa ha confiado en la creciente marea del comercio mundial para impulsar su crecimiento. Ha dependido de la energía barata de Rusia. Y con demasiada frecuencia ha externalizado su propia seguridad. Pero esos días han pasado”, ha explicado. Sin embargo, inmediatamente después la alemana ha apostado de vuelta por un discurso optimista, asegurando que “Europa está lista para el cambio” si se mantiene unida y hace sus deberes.